El retablo de Quintanilla de Riofresno entra en el taller

I.P.
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El restaurador JorgeCamarero comienza la limpieza de las figuras de los 4 evangelistas, el relieve de la Asunción y la talla de San Román, afectados negativamente por «burdas» intervenciones

El retablo de Quintanilla de Riofresno entra en el taller

No solo es el paso del tiempo o la presencia de agentes como la humedad, los humos o los  xilófagos los que alteran el patrimonio, también la mano del hombre está detrás del deterioro del patrimonio. Esa presencia humana se hace más notable una vez que los profesionales comienzan el desmontaje y los trabajos de limpieza de las obras. Es también el caso del retablo de San Román, en la iglesia de Quintanilla de Riofresno, que hace unos meses se hizo mundialmente conocido por la repercusión mediática que tuvo el hecho de que un pueblo con apenas nueve vecinos hubiera puesto en marcha una campaña de Crowdfunding con Hispania Nostra para recaudar fondos y poder acometer la restauración del mismo, realizado en 1575 por Juan de Esparza. Su alcalde, Roberto Castro, hizo coincidir la campaña de recogida de fondos con la celebración este año del 444 aniversario del retablo. La campaña de la junta vecinal e Hispania Nostra resultó todo un éxito y se superó con creces la cantidad de 15.000 euros que se había fijado para devolver su esplendor al retablo. Se consiguieron 20.045 euros.

Tras la adjudicación de las obras a la empresa ‘Oro, Azul y Mirra’, el restaurador Jorge Camarero ha comenzado los primeros trabajos con las piezas que se han desmontado del retablo y traslado a su estudio; se trata de los cuatro evangelistas, situados en la prebela (la parte inferior del retablo); el relieve de la Asunción, una talla de la Virgen con cuatro ángeles, y las dos esculturas de bulto redondo de San Miguel Arcángel y el propio San Román, titular del retablo, todas ellas, en vertical, en la parte central. En todas estas obras se está trabajando, en las pruebas de limpieza, conocimiento de su estado y consistencia de la madera y cómo han sido afectadas por los agentes externos para su tratamiento posterior. La propia mazonería del  retablo no se desmontará y los trabajos se harán un situ a partir de septiembre.

repintados y rellenos. Camarero explica algunas de las características que ha podido ir detectando en el desmontaje y primera limpieza. Así, al quintar las figuras, se han visto intervenciones posteriores de personas no profesionales, sobre todo de repintes «burdos» y grietas rellenas con una pasta de cemento de mala calidad.

Por otra parte, el restaurador explica que también al desmontar no queda claro cual ha sido el orden iconográfico del retablo, ya que se evidencia que algunas figuras o relieves no estaban ubicados en su lugar original. Camarero concreta que la Asunción no estaba originariamente arriba, sino en el cuerpo inferior del retablo. Igualmente, el sagrario estaría formada por dos cuerpos, de los que falta uno, que se aprovechó para colocar a San Miguel Arcángel, aunque no fue ese su lugar primero. Tampoco son parte del retablo original las bolutas que enmarcan al sagrario;éstas se retirarán para dejar el retablo lo más fiel a la obra de Juan de Esparza realizada hace 444 años.