Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Sí, ya, calor

18/07/2022

Sí, es evidente, hace calor; calor horrible, constante, sin tregua. Y va a seguir, hasta agosto, dijeron en la tele, así de brutal y agotador.

Y en ese achicharre, a usted, quizás le haya tocado atravesar caminando a mediodía una de esa plazas enormes que hay por esta y todas las ciudades de este país de urbanismo particular: dimensión inhumana, cemento, un par de árboles raquíticos...  Y puede que haya soñado, en pleno delirio, con esos momentos que hacen de Burgos el líder de la información meteorológica en invierno. Con la cabeza golpeada por el sol de las tres de la tarde y el asfalto supurando lava, tal vez, no le hayan resultado tan malos esos instantes de frío del que duele. Sabe de lo que le hablo, vaya si lo sabe. Momentos como ese que se produce al girar de la Avenida del Cid a la calle Valentín Jalón en una mañana de noviembre y una bofetada de viento gélido asesino se clava como agujas en la cara ¡Paff! Estaría bien sentirlo ahora, ¿no le parece?

O tal vez se dibuje en su cabeza otra mañana caminando hacia Fuentes Blancas, bien temprano, cuando la niebla está aún por disiparse; dos bajo cero, gorra, guantes y paso firme. ¡Qué placer! También, si es usted joven y valiente, podría asaltarle la imagen de una noche de febrero, a las siete de la tarde, iniciando en las faldas del Castillo con sus amigos un sábado de fiesta, calimocho o cervezas fríos y ambiente todavía más. O esa misma noche regresando a casa andando, pongamos a Gamonal, remontando la calle Vitoria, infinita, con la única posición defensiva que acerca a la supervivencia: hombros hacia adelante, cabeza hundida entre ellos, manos en los bolsillos y zancadas de velociraptor. Ahora, mientras suda y aprieta los ojos para protegerse del sol, no suena tan terrible. 

¿Quiere más? Un domingo de enero, en plena sobremesa, viendo el partido del niño en Pallafría, guarnecido por una manta que no le salvará y soportando un viento que no se sabe de dónde llega, quizás de todas partes. ¿Más? Casi cualquier noche de verano, en condiciones normales, que se tuerce y le hace ver un concierto, cine al aire libre, u otro espectáculo tiritando; la verbena del pueblo en agosto con forro polar...

Bueno, así con la tontería, parece que empieza a refrescar o, sin más, confundo deseo con realidad. Salud y alegría.