Desde el pasado 9 de mayo no hay restricciones a la movilidad.El decaimiento del estado de alarma vino acompañado del regreso de la libertad de circulación entre comunidades autónomas, lo que ha motivado un incremento del consumo de carburantes.En los seis primeros meses del 2021, las estaciones de servicio de la provincia de Burgos han distribuido un 15% más de toneladas de diésel (gasóleoA) y un 34% más de gasolina 95 en comparación con ese mismo periodo de 2020.

Por aquel entonces la libertad de movimiento, salvando los tres meses y medio iniciales, se redujo prácticamente a cero. Sin embargo, ya sin toque de queda y restricciones de movilidad, los burgaleses han empezado a coger el coche y desplazarse más, lo que se nota en los consumos.El carburante que más impulso ha dado en comparación con el 2020 es la gasolina: en el primer semestre se han distribuido 16.010 toneladas, 4.088 más que hace un año.

Este combustible copa ya la mayoría de las ventas de nuevos coches, relegando al gasóleo Aa un segundo -incluso tercer plano si se cuenta con los híbridos o eléctricos-. El diésel, no obstante, sigue siendo aún el más empleado, dado en parte por el antiguo parque automovilístico que tiene la provincia. En total se han consumido 99.358 toneladas, 13.084 más que entre enero y junio del 2020.

A nivel autonómico, la venta de carburantes en el conjunto de Castilla y León se disparó en el primer semestre de este año un 22,2%. Así se desprende de la estadística que publica la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos, ente dependiente del Ministerio para la TransiciónEcológica. 

En la región se consumieron entre enero y junio 859.982 toneladas en total de diésel y gasolinas 95 y 98, los principales productos. Todas las provincias reportan subidas de consumo, especialmente notables enPalencia ySegovia, mientras que en Soria han sido algo más discretas. En comparación con el 2019, las cifras están aún algo lejos de las habituales antes de la crisis.