Fuga de cerebros, un mercado con difícil retorno

C.C. (SPC)
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La marcha de profesionales altamente cualificados a otros países que les ofrecen mejores condiciones representa una enorme pérdida en capitalización, desarrollo y competitividad, así como 'regalar' y perder lo invertido en su desarrollo

Fuga de cerebros, un mercado con difícil retorno

Los economistas han calificado la fuga de cerebros como una grave pandemia que avanza en silencio en países como España que, lejos de gestionar el talento de sus mejores profesionales, aquellos que cuentan con una formación de primer orden, con grados universitarios muy bien reconocidos y prestigiosos, con experiencia en multinacionales internacionales y con un buen dominio de varios idiomas, les dejan escapar a territorios que actúan como verdaderos imanes.

Desde la década de los 60, España ha visto como sus mejores investigadores, científicos, médicos, ingenieros, economistas,... etc., es decir, aquellos especialistas que destacaron con fuerza en sus generaciones, un buen día optaron por aceptar ocupaciones en las mejores multinacionales del mundo, especialmente de EEUU, Alemania y el Reino Unido no solo por una mayor remuneración económica sino, sobre todo, por sus excelentes planes de carrera, la seguridad, los medios y presupuestos con los que desempeñan su actividad, el ambiente y los colegas con los que trabajaban a un nivel extremadamente competitivo.

A día de hoy, España está ante el mayor abismo de la fuga de talento tecnológico de su historia en un contexto paradójico en el que es incapaz de cubrir una demanda de 124.400 empleos que exigen las empresas TIC, lo que representa un 70% más respecto al año pasado según denuncia la patronal DigitalES, cuyas empresas asociadas suponen un 3% del PIBnacional

Los expertos lamentan que la marcha de talento al extranjero que ha dejado escapar España no es un capítulo menor, puesto que va unida también a una pérdida masiva de inversiones que como país no ha desarrollado por carecer de profesionales que pusieran en marcha proyectos innovadores capaces de generar un importante valor añadido.

Además, hay que contar con todo el esfuerzo que ha hecho el país con estas personas y que regala y pierde en favor los países captadores, lo que se traduce en un balance de descapitalización y una cuantiosa falta de competitividad.

El fenómeno de la fuga de cerebros más reciente se observó en la crisis de 2008, cuando miles de graduados con expedientes de excelencia no encontraban empleo en empresas en las que desarrollar su actividad ante las elevadas tasas de desempleo y salarios de precariedad y decidieron emigrar a las potencias económicas más solventes, incluso, en estados como China, India, Japón o Australia que, hasta ese momento, no habían sido receptores de titulados tan cualificados.

La pérdida de este tipo de talentos produce un impacto económico muy negativo y cultural que impide mejorar las tasas de competitividad de las empresas.

Asignatura pendiente

En un mercado laboral como el español, con el 26,6% de los menores de 25 años sin trabajo, una buena parte de ellos titulados con grados universitarios, la tarea de retener talento se antoja difícil y supone la gran asignatura pendiente si no cambian las circunstancias, no solo laborales, sino también retributivas como se está viendo en las últimas semanas con los médicos que se encuentran muy desmotivados creyendo que la mejor solución es buscar una alternativa en el extranjero.