Tras permanecer un año cerrado mientras el área de Juventud del Ayuntamiento preparaba un estudio de viabilidad para sacar su gestión de nuevo a concurso, el hostel de la calle Miranda se convirtió en el hogar de las personas refugiadas que llegaron a Burgos huyendo de la guerra en Ucrania y así ha sido desde marzo de 2022 hasta la pasada semana de diciembre.
Las ONGs que trabajan con el colectivo han conseguido realojar a las familias en pisos para que puedan seguir con su proceso de integración hasta que puedan volver a su país. De este modo, las instalaciones han quedado vacías y ahora la Gerencia de Servicios Sociales trabaja ya en la licitación para que pueda reabrir sus puertas como hostel, según avanzó la concejala de Servicios Sociales, Sonia Rodríguez.
El primer paso será la revisión del estudio de viabilidad aprobado hace un año por la Junta de Gobierno Local para ver si es necesario retocarlo. «Se elaboró hace muchos meses y los técnicos tendrán que revisarlo para ver si sigue siendo válido», indicó.
En el mismo se contemplaba que el valor estimado del contrato alcanzaba 1.723.000 euros con un periodo de concesión de cinco años con la posibilidad de dos prórrogas cada una de ellas por dos años más. Por tanto, el tiempo máximo en el que una empresa podría gestionar el albergue es de 9 años. Además, el adjudicatario tendría que realizar una inversión inicial de 5.000 euros y otros 3.000 euros de manera anual en la puesta al día y mejora de las instalaciones (...).
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