El peregrino va girando sobre sí mismo mientras una voz le retrotrae a tiempos pretéritos. Tan pronto cree ver a los mamuts cruzar en manada los campos de Papasol hacia la Gran Dolina como escucha el chocar de espadas de las huestes de Fernando I, rey de León y conde de Castilla; y García Sánchez III, rey de Pamplona, en plena lucha fratricida; o siente la compañía de otros caminantes, que embozados en capas se apean de su caballo y entran rezar a San Martín Obispo.
Esa escenas no brotan en su imaginación de manera espontánea, sino que son fruto de un estímulo exterior generado desde el corazón de esta sierra, en la que se cruzan dos patrimonios mundiales, el Camino de Santiago y los yacimientos arqueológicos, un enclave especial por el que no se puede pasar «sin más, sin ningún sentido», opina José Ignacio Martínez, presidente del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT)de Atapuerca. Se necesita un guía.
Hoy día existen muchas maneras de encontrar esa mano amiga. Se puede contratar un trabajador, si bien la limitación de recursos económicos lo convierte a veces en un lujo, recurrir a la cartelería, que resulta sumamente invasiva en espacios de culto, o servirse de las nuevas tecnologías como aliados del patrimonio en el mundo rural.
Desde el CIT han apostado por un proyecto sostenible de visitas autoguiadas mediante códigos QR a la Iglesia de SanMartín y al Centro de Participación Turística de la Batalla de Atapuerca, que se ubica en las antiguas escuelas de la localidad, para ganar visibilidad en este Año Jacobeo y de paso internacionalizar un evento que aspira a ser declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, una vez obtenido el reconocimiento en Castilla y León.
Gracias a la financiación de la Junta de Castilla y León y de la Federación de Centros de Iniciativas Turísticas, el proyecto lo van a desarrollar íntegramente desde el CIT. Actualmente, trabajan en los contenidos con la colaboración de la parroquia de Atapuerca, que «puede aportar conocimientos y aspectos curiosos», destaca Martínez, quien espera poder estrenarlo en Semana Santa, aunque con la pandemia nadie en el sector turístico quiere desvelar sus planes en voz alta por si estos se truncan, una vez más.
La visita estará disponible en castellano, inglés y francés, y además de ver a través del móvil se podrá escuchar, para que sea accesible también a aquellas personas con capacidades diversas. «El primer código QR te va a hablar de dónde estás, situarte qué es Atapuerca, qué otros espacios de interés hay en el entorno y también qué sucede en torno a ese alto», donde se en el que se emplaza el templo gótico, en cuyos alrededores hace unos años se realizaron unas excavaciones arqueológicas. Una vez en el interior, desgranará los detalles arquitectónicos, históricos y artísticos más relevantes de la iglesia de San Martín -de planta renacentista y con retablo mayor barroco-, que al final de cada verano sirve como fondo de escenario para un episodio épico de la historia de Castilla.