Briviesca se entrega a su sentido himno

S.F.L.
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Cientos de briviescanos y turistas se reunieron en la plaza Mayor de la ciudad para entonar junto al tenor Miguel de Alonso los versos de su canto más popular y emotivo

La Plaza Mayor de Briviesca se abarrotó de gente con ganas de vivir un canto del himno muy especial tras dos años sin celebrar las fiestas patronales. - Foto: Alberto Rodrigo

Corbatas, camisas, tacones, recogidos... la ciudad de Briviesca volvió a desprender ayer la elegancia de cada 16 de agosto con motivo del canto de su himno. En el momento más especial de las fiestas patronales de Nuestra Señora y San Roque se podían ver centenares de personas en torno al templete de la plaza Mayor esperando a que el tenor Miguel de Alonso entonara los primeros versos.  

Sonrisas y lágrimas de emoción. Concentración. Orgullo. Ganas y participación. Familias, parejas y amigos abrazadas o con las manos entrelazadas. Todo ello representando el amor que los briviescanos sienten por su tierra. Cuando el reloj de la torre del Ayuntamiento marcó las dos, la Banda Municipal de Música comenzó a tocar los primeros acordes de la composición de Rafael Calleja y Pérez de Urbel. 

Al igual que cada año, los grupos de personas fueron cogiendo su lugar y las autoridades, encabezadas por el alcalde Álvaro Morales, ocuparon el suyo frente al escenario minutos antes del acto. Como en todo, hay excepciones, y Ana y Carmen esperaron durante casi una hora para «conseguir el mejor sitio para no perder detalle y protegerse del sol», declaran. La reina mayor, Inés Gómez, y el resto de la corte real no pudieron evitar mostrar sus sentimientos y de sus ojos cayeron alguna que otra lágrima, un episodio generalizado entre buena parte del público presente, que secaba las gotas con discreción.

Después de tres años sin vivirlo, Saray disfrutó del acto agarrada de su padre y su hermano. En 2021 se tuvo que conformar con escucharlo a través de la pantalla del teléfono móvil desde Australia, país en el que actualmente reside, por lo que el canto de este año se ha convertido en «uno de los más especiales».

El intérprete accedió al templete y comenzó a cantar. Los vecinos le acompañaron y entonaron las estrofas. Las personalidades políticas también participaron. Pocos briviescanos no se conocen la letra aunque algunas personas de fuera sujetaban folios en los que esta aparecía escrita. Con la inigualable potencia y sentimiento, de Alonso afinó las primeras palabras y, a pesar de que por primera vez en las 36 ocasiones que ha actuado en la ciudad temía que un cierto miedo le pasara una mala jugada por los «fantasmas que puedan aparecer recordando los terribles años vividos», todo salió a la perfección gracias al largo trabajo de concentración y control que lleva detrás.

«¡Qué fuerte!», expresaba una y otra vez Mencía, pareja de un briviescano que hasta ayer no se imaginaba la importancia del acto para los allí presentes. «Esto es increíble», comentaba a su novio mientras le agarraba fuerte de la mano. Llegó el final, el momento de los besos y abrazos. El de los aplausos y vítores. Y el ir a disfrutar de la penúltima jornada festiva con la novillada, el desfile de peñas, las vaquillas, el toro de fuego y dos actuaciones. 

La traca fin de fiestas no es el único acto que se celebra hoy. Hay un desfile de agua, la merienda campestre, la gala de la canción del verano, el entierro de San Roquín y la subida de blusas.