Una empresa burgalesa dedicada a la venta de productos por internet ultima la compra de la nave que en 2011 levantó, y ocupó desde entonces, Trasluz Casual Wear en el polígono industrial de Valdorros. El traspaso del citado inmueble, de 5.500 metros cuadrados, culminará la fase de liquidación en la que entró la firma de ropa infantil después de no lograr que se aprobara en julio el convenio de acreedores. La operación está «muy avanzada» y el acuerdo entre el negocio de comercio electrónico interesado en las instalaciones y la entidad bancaria que tiene el préstamo hipotecario parece próximo, según fuentes de Aide Abogados, que tomó el control de la mercantil tras su entrada en concurso en marzo de 2018.

«Es muy posible que la nave no esté vacía prácticamente ni un día», aplauden desde el propio bufete, algo que evitaría posibles robos o actos vandálicos. Para ello, siempre y cuando fructifiquen las negociaciones entre las partes implicadas, el administrador concursal está dispuesto a ofrecer un «acuerdo de uso temporal» a la futura empresa inquilina hasta la adjudicación definitiva y conseguir así que haya continuidad de uso de la instalación «en beneficio del concurso» y para «prevenir perjuicios», explican.
El objetivo de la empresa interesada, que al parecer lleva años en Burgos dedicándose a la venta online de productos, es trasladar a los pies de la A-1 su sede y empezar a operar desde esta nueva ubicación estratégica en Valdorros.

La venta de la citada nave, de 5.500 metros cuadrados y valorada en 2,4 millones de euros (aunque su precio de adjudicación previsiblemente será menor), permitirá rebajar en parte la deuda de alrededor de 9 millones que Trasluz Casual Wear contrajo con sus acreedores, principalmente entidades bancarias.

Plan de liquidación. Graves problemas de liquidez obligaron a Trasluz Casual Wear a entrar en concurso de acreedores en marzo de 2018. Tras prescindir del 50% de su plantilla, redujo significativamente el canal físico de venta en España para ajustar sus costes de estructura y con una «clara vocación de continuidad», informaron entonces fuentes de la firma burgalesa especializada en moda infantil.

Ya bajo control del administrador concursal (Aide Abogados), Trasluz también rebajó el precio de sus productos para dar salida al enorme stock de ropa que tenía. Igualmente se alcanzó un acuerdo con la Agencia Tributaria para facilitar las ventas. E incluso se dio una segunda utilidad a parte de la nave de Valdorros como almacén de otras compañías del sector textil.

Pese a los esfuerzos y a la esperanzas de los propietarios en recuperar el control de la empresa, la junta de acreedores celebrada el pasado mes de julio decidió no aprobar el convenio, lo que llevó a fase de liquidación a esta firma de ropa, que nació en el año 2000 impulsada por la cuarta generación de una familia burgalesa con una larga tradición textil.

Durante esta última etapa, la mercantil ha mantenido su actividad sin generar nueva deuda. El juez aprobó en noviembre el plan de liquidación propuesto por el administrador concursal, basado en un «ERE escalonado» de la plantilla que culminará el 31 de diciembre. Entre tanto, el «enorme volumen» de existencias se ha ido reduciendo y se ha ido dando salida a bienes muebles y otros activos para tenerlo todo liquidado a final de año.