El monasterio San Salvador de Oña dispondrá de un recorrido ampliado, una nueva sala de exposiciones y una recepción para atender a los turistas que se acerquen a ver el cenobio, que podrá visitarse a finales de este año. Los trabajos de remodelación del inmueble comenzarán el lunes, una vez que el acta de confirmación del replanteo se haya firmado, y se alargarán durante los próximos nueve meses.

Valuarte, la constructora que consiguió el pliego ‘perfecto’ al incluir la oferta económica más baja  -400.223,23 euros- y la mayor ampliación del plazo de garantía -10 semestres- se encargará de llevar a cabo las obras de reforma en algunas estancias del inmueble. 

A pesar de que inicialmente el proyecto estaba valorado en 400.000 euros, la Diputación -dueña del edificio- incluyó a última hora una actuación en las cubiertas y elevó el presupuesto de licitación en 100.000 euros. Sin embargo, con la adjudicación de dicha empresa, se quedará en la cantidad original. De esta manera, el Estado aportará 200.000 euros de ayuda vía 1,5% Cultural y la institución provincial pagará la otra mitad.

El proyecto contempla la eliminación de las barreras arquitectónicas en las escaleras de entrada al monasterio. Para ello se instalarán unas rampas para mejorar la accesibilidad al inmueble a las personas con movilidad reducida. También adecuar una entrada al claustro neoclásico -o romano- y desde allí, otra a una sala para exposiciones y usos culturales y al patio de San Íñigo.

Desde la Diputación, el proyecto se ha defendido como una iniciativa que pretende «fomentar y difundir» el conocimiento del monumento y su evolución a lo largo de la historia, promoviendo para ello un recorrido turístico de esta parte desconocida del conjunto monacal, mostrando así la «importancia que el monumento representa» en la historia de Castilla.

Las actuaciones contempladas en la memoria del trabajo son, entre otras, la adecuación interior del espacio del zaguán para ubicar allí la recepción turística, la renovación de las obsoletas instalaciones de fontanería, electricidad e iluminación, el acondicionamiento de los aseos existentes y la restauración de las fachadas y cubiertas del patio de San Íñigo. En el interior de la panda, en su conexión con el claustro, se adaptará la sala para utilizarla como un espacio para acoger diferentes exposiciones. 

Los abetos del  claustro se eliminarán porque tienen una altura desmesurada, quitan luz y favorecen a que haya más humedad. Ademas, la administración local proyecta la conexión del itinerario de visita al patio y al claustro mediante un itinerario peatonal accesible por el exterior, a lo largo de la fachada sur, que da a parar a los jardines benedictinos. Con este proyecto se garantiza la accesibilidad del recorrido ampliado por la iglesia y el claustro gótico.

Para la convocatoria de ayudas del 1,5% Cultural, el equipo de gobierno de la Diputación no ha decidido si acudirá con algún proyecto. Permanecen a la espera con el fin de ver si hay posibilidad de presentar uno nuevo para seguir actuando en San Salvador.

Adiós a las goteras por 45.000 euros. Algunas cubiertas del edificio del monasterio de San Salvador de Oña presentaban, hasta ahora, cuatro zonas localizadas de goteras. Una vez que la tramitación de la licencia de obra se dio por aprobada, comenzaron las labores de reparación, a finales de 2019, con un retraso de dos meses. 

La empresa constructora encargada de solucionar los problemas de filtraciones de agua es Vicaros, de Terrazos de Bureba, y según la arquitecta de la Diputación, Laura García, encargada de redactar el proyecto, las labores de reparación concluirán «a finales de febrero». Gracias al trabajo, las goteras que presentan las cubiertas de dos anexos a las torres de las fachadas y de la Sala de los Monjes desaparecerán. 

Se trata de una obra menor cuyo presupuesto asciende a 45.000 euros.