Drogas, canallas y la noche en Benidorm

I.L.H.
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El periodista Ramón Lozano publica 'Solo las palmeras brotan bien', finalista del Bellvei Negra, una novela de acciones entrelazadas, diálogos hilarantes y criminales que campan a sus anchas

El periodista Ramón Lozano. - Foto: Valdivielso

Tres amigos inconscientes e inmaduros, un kilo de droga en las manos equivocadas, el desmadre nocturno y sus complicaciones de una ciudad como Benidorm y una amalgama de culturas y nacionalidades con el puño ligero y predisposición a no entenderse. En ese ecosistema de corrupción, mafias y dinero fácil está ambientada la novela Solo las palmeras brotan bien, finalista del  Premio Bellvei Negra, que firma el periodista Ramón Lozano (Burgos, 1984). «Para una novela negra Benidorm me encajaba muy bien porque es un sitio de paso donde la mayoría de la gente no se conoce, hay una mezcla impresionante de nacionalidades y solo hace falta pasear un poco por la noche para observar decenas de situaciones surrealistas», sostiene.

Solo las palmeras brotan bien se nutre de acciones paralelas y entrelazadas, diálogos hilarantes y en ocasiones desconcertantes y guiños a la música y el cine. «Los diálogos, por muy surrealistas que parezcan, serán de lo más real que hay en la novela: están inspirados en conversaciones que he podido mantener o escuchar, aunque se hicieran ya fuera de contexto. Como cuando te pasa algo y te arrepientes de no haber dicho tal o cual cosa, o entre amigos recompones una situación y la bola va creciendo».

Como en la película Snatch: Cerdos y diamantes, de Guy Ritchie, o en algunas de Quentin Tarantino de las que se reconoce admirador, Lozano quería escribir una novela de crímenes desenfada, con tramas alocadas y conversaciones desquiciantes, mientras trata de aportar algo más: «Quería que la trama estuviera ahí, pero que importara más lo que está pasando, esa sociedad que forma parte del paisaje, que parece ficticia pero es más cotidiana de lo que creemos», afirma.

Lector apasionado de novela negra y narrativa contemporánea, siempre se ha sentido atraído por los escenarios oscuros, principalmente el de las mafias: «Creo que lo que me llama la atención es todo aquello que no se ve de la sociedad, las motivaciones de un crimen o del criminal, las facetas que ocultamos o las que dejamos que se vean... No sé, al final cualquier persona por muy perversa que sea tiene un lado humano en determinadas situaciones. Y todas esas contradicciones funcionan muy bien en una novela negra».

Con este libro, el primero que publica en papel y bajo el amparo de la editorial Titanium, el autor crea una historia coral por la que desfilan narcotraficantes, locales de stripteases y casinos, festivales de música, guardias civiles de dudosos procedimientos, muertes en escenarios extraños y personajes de perfiles psicológicos para analizar, porque aquí no se salva nadie.