Hace poco publiqué en la sección de Merindades un reportaje en el que DB dio voz a dos jóvenes parejas que han tenido hijos y han fijado su residencia en pueblos de la comarca. Una de ellas apostaba por el empleo industrial y para jóvenes formados como la clave para que muchos otros sigan sus pasos. Añadía que el turismo y la hostelería son importantes, pero el número de empleos, insuficiente para revertir la delirante caída de la población rural. Añado yo que tampoco el respetable sector de la agricultura y la ganadería puede con la sangría poblacional. Entonces, ¿cómo crear empleo industrial en el medio rural?

De este asunto me gustaría escuchar alguna propuesta a los políticos, que ya queda poco para el 13 de febrero, aunque admito que no es fácil. Hay quienes lo apuestan todo a una sola carta, la modernización de las carreteras y la construcción de buenos ejes de comunicación, en el caso de Merindades, con Bilbao primero y con Burgos, después. Pero los empresarios necesitan un importante conjunto de factores para invertir, no solo carreteras. También, adecuados y baratos suministros de energía -véase el gran proyecto del hidrógeno verde en Villalonquéjar-, sinergías con proyectos industriales vecinos y otra cuestión importante, mano de obra cualificada. Porque hete aquí que el proceso de despoblación es de tal magnitud que los empresarios no encuentran mano de obra en estas tierras y, menos aún cualificada, porque se han marchado todos los posibles trabajadores y eso es otro quebradero de cabeza más para ellos.

Así que quizás una fiscalidad con discriminación positiva para los emprendedores que apuesten por los pueblos podría ser importante para animarles a invertir y a ello, sumarle buenas comunicaciones, fuentes de energía verde... Después, a ver si los jóvenes se quedan o no.