"¡Batasunos, secuestradores, asesinos!". Intervenía el portavoz del Grupo Provincial Socialista, David Jurado, concretamente para averiguar cómo ha quedado la estructura del equipo de gobierno de la Diputación tras la dimisión, ya rectificada, de Lorenzo Rodríguez como diputado de Personal. Estos graves insultos salieron de los bancos del público, donde solo estaban sentados representantes del Sindicato Obrero Independiente (SOI), precisamente para protestar contra el vicepresidente primero y su gestión al frente del área laboral.
Los exabruptos proferidos por Fernando Ojeda han sido perfectamente audibles en el Salón de Estrados, donde el Pleno tocaba a su fin. Tanto es así que la diputada de Ciudadanos Laura Puente ha pegado un salto en la silla y se girado como un resorte para espetar un "¡Pero cállate!". No ha habido más reacción, hasta que en el turno de ruegos y preguntas el socialista Antonio Miguel Araúzo, alcalde de Pradoluengo, ha asegurado que estaban "indignados" por lo sucedido. "Hace 5 minutos se acaba de insultar llamando asesino al portavoz del Grupo Provincial Socialista", ha subrayado, sin que la Presidencia haya hecho nada. César Rico ha mantenido no haber oído nada, a lo que el vicepresidente primero, Lorenzo Rodríguez, ha precisado que "sí que se ha oído" y que se tenía que haber expulsado al autor de los insultos, que en este momento ya había abandonado el salón.
No tienen justificación alguna estos insultos, pero menos en un pleno como el de esta mañana, que ha transcurrido con total normalidad y con un debate en términos bastante relajados. Además, en contra de lo que suele suceder en otras ocasiones, esta vez los diputados provinciales han dedicado más tiempo a asuntos que realmente afectan a la provincia, fundamentalmente el abastecimiento de agua desde Burgos a cerca de una veintena de municipios, que a enzarzarse por motivos partidistas.
Ojeda niega que haya insultado a los socialistas, sino que su expresión ha sido "los batasunos son secuestradores y asesinos", y asegura que no se dirigía a los presentes, sino que es "una manifestación pública sobre un partido ilegalizado que avaló el secuestro de Ortega Lara y el asesinato de Miguel Ángel Blanco, de los cuales se celebran precisamente sus aniversarios".