'Taran tan tan, María...'

ALMUDENA SANZ / Briviesca
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Decenas de niños y mayores recorren las calles de Briviesca con sus candiles cantando la tonadilla del Día de la O, que se celebra cada 18 de diciembre y marca el arranque de la Navidad

El Día de la O es una fiesta dirigida sobre todo a los niños, pero los mayores también lo fueron y no se la pierden. - Foto: Patricia

Fran, Raquel y Pablo Bujedo Gómez y Lucas Sierra Expósito, de ocho años el primero y siete los demás, sujetan una vela o un candil en la mano, son de pocas palabras, pero basta que se les pregunte por la canción del Día de la O para que se arranquen los cuatro a cantarla, a capela, con muy buena entonación, sin papel con la letra, como sí necesitan los forasteros. Y es que no hay un briviescano que no se sepa al dedillo La Ó, la Ó, bendita sea la madre que te parió, que parió un niño de cera, con las barbas de canela y los pies de requesón; kyrie eleison, kyrie eleison, taran tan tan, María, taran tan tan, mujer (algunos puntualizan que en este punto siempre se dijo José), que el niño tiene un diente, que se lo vi yo ayer... Son las primeras estrofas de la tonadilla del Día de la O, la que se canta mientras se recorren las calles de la capital de La Bureba, una procesión con las candelas en la mano, a cuyo paso se va encendiendo la iluminación navideña, de la calle y de los hogares. 

Porque cuenta Begoña Hermosilla que en su casa jamás se ha hecho nada navideño antes de esta fecha. «Es una fiesta muy chula. Mucha gente cuando viene se pregunta dónde está la iluminación, pero es que aquí siempre ha sido así. Hasta el Día de la O no es Navidad», resalta esta joven que este año se convierte en una de las cuatro hadas aladas que iluminan con su brillo aquellos tramos más oscuros.

Ellas están para alumbrar el paso de toda esa gente sin vela, porque se le ha olvidado, perdido o simplemente se ha dejado caer por la localidad sin saber el mecanismo de la cita. En esta misión con Begoña se embarcan Judith Fuente, Julissa Martínez y Angie Ruiz. 

La hadas iluminan los rincones más oscuros. Este año han sido Judith Fuente, Angie Ruiz, Julissa Martínez y Begoña Hermosilla. La hadas iluminan los rincones más oscuros. Este año han sido Judith Fuente, Angie Ruiz, Julissa Martínez y Begoña Hermosilla. - Foto: Patricia

Pero los verdaderos protagonistas del Día de la O son los más pequeños. Olivia tiene tres años, en una mano lleva un candil muy cuco realizado con papel y con la otra agarra fuerte a la de su abuela, Casilda Virumbrales, natural de Valdazo, residente en Burgos, que ha vivido muchos años esta tradición briviescana. Ahora la disfruta con sus nietos, aunque el otro, Sergio, en brazos de su madre, solo mira maravillado todo lo que ocurre a su alrededor (...).

(Reportaje completo, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy lunes o aquí)