«No vendo droga y los vecinos no han dicho ni una verdad»

Ó.C.
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El hombre, que reside en el chalé atacado con un cóctel molotov en el barrio mirandés, niega saber por qué ocurrió

Fachada de la casa tras el incendio. - Foto: J.V.

Una casa okupada, unos vecinos cansados y un cóctel molotov que estuvo cerca de terminar en tragedia. Los residentes de la calle Gloria Fuertes del barrio mirandés de El Crucero evitaron una que una casa ardiera con una persona dentro, pero también apuntaron al trapicheo de drogas como desencadenante. Sin embargo, uno de los okupas niega estos hechos y es claro: «Yo no vendo droga y los vecinos no han dicho ni una verdad; me he sentido insultado».

Tanto él como su pareja residen en la casa desde el verano. El hombre sostiene que la relación con los vecinos ha sido buena y reitera que ni él ni su pareja tengan un punto de venta de droga, ni que hayan ocasionado peleas. «Antes éramos muy buenos», ironiza el okupa, que defiende que «fuimos bien acogidos». En los meses que llevan, revela que han evitado que entre más gente en los chalés, a petición de los vecinos, «pero les he ayudado y ahora mira con lo que me encuentro».

Los vecinos criticaron la falta de seguridad y detallaron que hay mucho tránsito por la casa, pero de nuevo choca con la versión del varón, que incide en «el daño que se ha hecho a mi persona». «No somos el súper mercado de la droga», reitera y se queja de que «si lees el periódico aquello parece la cañada real».

Sobre el motivo por el que alguien pudo intentar quemar el chalé con una mujer dentro, niega saber el motivo y que hubiera una discusión entre la mujer y un varón. «No sé qué pasó», jura el okupa, que repara en que no han detenido a nadie «a pesar de que fue un intento de asesinato».

El hombre no estaba en el momento en el que ocurrieron los hecho, porque «estaba trabajando». Acaba de empezar y admite que entró en la casa el pasado verano «porque no teníamos dinero». Para salir de allí pide ayuda de los Servicios Sociales, al margen de su sueldo, para trasladarse a una vivienda. «Si encuentro una ubicación me marcharé, esa es mi intención», avanza, «porque quiero irme con mi pareja a un sitio que tenga luz y agua».

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