Anestesia incorpora tres médicos, pero aún falta plantilla

G.G.U.
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La llegada de estos especialistas coincide con dos jubilaciones, por lo que el servicio tendrá que afrontar el plan de choque de Sacyl frente a las listas de espera con déficit de personal

Sacyl pretende reducir en unas 3.000 personas la lista de espera del HUBU este año y dejarla otra vez sobre 5.000. - Foto: Valdivielso

Anestesiología y Reanimación incorporará este mes al HUBU a los dos especialistas que ha formado en los últimos cinco años, así como a otro facultativo que ha hecho la residencia en Valladolid pero que ha escogido Burgos como primer destino profesional. Estas tres contrataciones son el máximo al que podía aspirar el servicio dentro del plan de fidelización de residentes de Sacyl para el 2022 y reducen algo la carga de trabajo, pero no solucionan el déficit de anestesistas que arrastra el hospital desde antes de la pandemia. De hecho, las nuevas contrataciones van a coincidir en el tiempo con dos jubilaciones, por lo que Anestesiología tendrá que afrontar el plan de choque de Sacyl contra las listas de espera con siete especialistas menos de los 41 que debería tener.

La falta de anestesistas es uno de los grandes problemas del HUBU, dado que es un servicio nuclear para el funcionamiento del hospital porque su actividad, creciente, va mucho más allá de los quirófanos. Y asumir en seis meses una reducción de la demora media de 21 días para una cirugía, como ha pedido el presidente de la Junta esta semana, supone programar mucha más actividad tanto en las consultas como en los quirófanos.

El HUBU ahora trabaja cada mañana con una horquilla de entre 15 y 18 quirófanos de los 22 que tiene, pero hay siete en los que se está haciendo prolongación de jornada y se opera también por la tarde. En unos casos, porque las cirugías programadas son muy largas y requieren más tiempo que el de la jornada ordinaria y, en otros, porque ya se hacen peonadas. Este último es el caso de Oftalmología, donde sus especialistas ya están cobrando por procedimientos que se sacan adelante por la tarde, dado el volumen de la lista de espera.

La demora media del HUBU es ahora de 204 días (casi siete meses) y reducirla en 21 días como pide Mañueco supondría que los pacientes seguirían esperando una media de seis meses para una cirugía. Para ello, la Consejería anunció hace meses un plan de choque a base de peonadas que no se ha terminado de concretar, pero que plantea volver, como mínimo, a los datos de lista de espera que había antes de la pandemia.

En el HUBU eso supone que hay que reducir la lista casi en 3.000 pacientes, para llegar a los 5.500 con los que cerró el 2019, cuando la espera media era de 137 días (algo más de cuatro meses). Estas cifras entonces se consideraron muy malas, pero conseguirlas de nuevo ahora se antoja difícil.