Dimisiones, reproches y ninguna certeza sobre el colegio

B.A. / Hontoria del Pinar
-

La reunión para conocer las intenciones de los padres de continuar en Hontoria del Pinar o ir a San Leonardo no se celebró. La Junta asegura que con 3 alumnos lo mantendrá abierto

El alcalde, Javier Matero (en el centro, con chaleco verde), trató de responder a las preguntas de los asistentes. - Foto: f2estudio

Lo que iba a ser una reunión entre representantes municipales, la directora del CRA La Demanda, al que pertenece el aula de Hontoria del Pinar, y los padres de los 7 alumnos actuales en la que se aclarase la continuidad o no de la escuela después de que estos solicitaran su adhesión al colegio de San Leonardo, en Soria, y cambiaran varios de ellos de opinión después, fue todo lo contrario. La directora no acudió, tampoco dos de las familias y el encuentro no se celebró. Sí lo hicieron unos 40 vecinos, que mostraron su indignación por el posible cierre y pidieron explicaciones al alcalde, Javier Mateo. También estuvieron todos los concejales, actuales y dimitidos, que consideraron que era un buen momento para hacer públicos los motivos que les han llevado a renunciar. Una hora de preguntas y respuestas en los alrededores de las escuelas, con alguna voz más alta que otra, reproches e incluso algún cruce de insultos. Pero con lo que se venía a solucionar en el aire: el futuro que le espera al aula del pueblo. 

Uno de los motivos que ha hecho que el asunto se enrede es el cambio de opinión de algunos de los padres, todos ellos de origen marroquí. A finales del año pasado, de común acuerdo, solicitaron a la Dirección Provincial de Educación la adhesión de esta unidad al colegio de San Leonardo, lo que se resolvió de forma favorable y se iba a traducir en el cierre del de Hontoria. Meses después, ya fuera de plazo, algunos de ellos comunicaron su intención de seguir en el colegio de Hontoria el próximo curso. A día de hoy hay dos versiones diferentes. La que muestra el concejal del PP, Juan Carlos Sanz, que atesora la firma de padres de 4 niños, 3 marroquíes, que manifiestan su interés por seguir en la localidad, y la que mantiene al alcalde, que afirma que el lunes por la tarde habló con la madre de esos 3 niños y verbalmente le dijo que querían ir a San Leonardo. 

Lo único claro hasta el momento es la intención de la Junta de Castilla y León, como manifestó en Soria la consejera de Educación, María del Rocío Lucas. «El colegio se mantendrá abierto siempre que haya familias con el interés de asistir. Los plazos se pueden adaptar siempre que no perjudique a nadie y en este caso está garantizada la continuidad con tres alumnos», dijo. Ahora solo falta por saber si finalmente se va a alcanzar ese número mínimo para el curso que viene. Y no será por falta de niños en el pueblo, ya que cuenta con 17 entre sus vecinos. 

Otra oportunidad. El alcalde, Javier Mateo, aseguró que va a tratar de reunir de nuevo a las partes para conocer sus intenciones y poder resolver este asunto. «Queremos que los padres se aclaren. Si deciden quedarse en el colegio de Hontoria, les apoyaremos, pero si se quieren ir no les vamos a coaccionar para que no lo hagan», comentó tras la reunión fallida el regidor, que también defendió su posición, como alcalde y como padre. «Soy el primer defensor de esta escuela, pero también decido donde matricular a mis hijos. No voy a permitir que la culpa caiga sobre ellos cuando desde el 2006 muchas familias de Hontoria los están llevando a San Leonardo», aclaró sobre su decisión de matricularles en el centro de la localidad soriana. «Además, cuando hice la solicitud, Hontoria ya era una unidad dentro del colegio de San Leonardo», aclaró en este sentido. 

Poco antes, Juan Carlos Sanz, con sus firmas bajo el brazo, celebraba la confirmación de la continuidad del colegio con 3 alumnos. «El lunes por la noche me volvieron a manifestar sus intenciones de seguir aquí los mismos padres que me pidieron ayuda porque querían continuar en Hontoria del Pinar», aseguraba. 

El edil mantiene que si se cierra el colegio también se cierra la posibilidad a que vengan personas al pueblo. «Y una vez que se hace, ya no se vuelve a abrir», lamentaba Sanz para criticar que este asunto no se llevó nunca a ningún pleno y que tuvieron que enterarse por otras vías del mismo. 

A la 'no reunión' solo asistieron Ryahi Abvenbi y su mujer, padres de dos de los actuales alumnos y que siempre han mantenido clara su posición, la de acudir a San Leonardo. «El resto de madres, cuando han visto lo que había, ni se han atrevido», decía Mateo, que con temple resolvió las acusaciones y dudas de los vecinos. Sus ya ex compañeros en el gobierno, le reprocharon, entre otras cosas, que no cuente con ellos para nada. «Haces cosas para los que vienen de fuera, pero para los que vivimos en el pueblo, ¿qué haces?», le preguntó uno, entre aplausos del resto. Hubo algún sinvergüenza intercambiado entre los dos bandos y algunas preguntas en el aire: «¿Cuál es el interés de dejar este local libre?». También voces sensatas y tranquilas: «Aquí lo que hay que hacer es intentar por las buenas que no se cierre», repetía una vecina.