La industria urge sitio para almacenar stock y no lo encuentra

L.M.
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Una decena de firmas sondean a la Aduana para que les deje espacio pero la ausencia de recinto lo impide

Imagen de archivo del recinto aduanero situado en las inmediaciones de Villafría. - Foto: Alberto Rodrigo

La alarmante crisis de suministros en la que está inmersa la economía de medio mundo está provocando que la mayoría de empresas se replanteen sus operativas. Disponer de una reserva de estocaje de emergencia puede ser la diferencia entre parar la producción en un momento de escasez o continuar mientras se buscan nuevos proveedores o soluciones.

Para impedir esas roturas de cadena y los vacíos que se están generando en muchas industrias, hasta una decena de importantes firmas que operan en la capital andan buscando naves donde poder almacenar temporalmente sus productos o materias primas.Su primera parada ha sido el recinto del Centro de Transportes Aduana de Burgos (Cetabsa), pero la respuesta ha sido negativa.

No es que el organismo público-privado no le interese la propuesta, sino que simple y llanamente no tiene un metro cuadrado que poder ofrecerles. Con la venta de una parcela a Correos Express se dio por ocupado todo el espacio, lo que hizo aún más acuciante si cabe la necesidad de más suelo. Este llegará dentro de unos meses, una vez concluya la obra de ampliación de la Aduana al otro lado del Puerto Seco. «Hay muchas empresas que nos piden espacio para almacenar y le tenemos que decir desgraciadamente que no», reconoce el gerente del Cetabsa, Gonzalo Ansótegui. El aluvión de peticiones que han llegado hasta sus oficinas provoca que este sea uno de los aspectos que salga a la mesa en el próximo consejo de administración.

Mientras tanto, la ejecución de los nuevos 220.000 metros cuadrados de suelo va rumbo en popa. La urbanización arrancó en verano de 2021 con un plazo de un año, por lo que su conclusión no es lejana. Una vez se recepcione la obra el Centro de Transportes Aduana tendrá dos opciones: bien comercializar las parcelas una a una o bien levantar naves en una primera fase para luego alquilarlas o venderlas a los operadores. La decisión aún no está tomada, pero sí que están recibiendo muestras de interés por parte de grupos inversores.

Volatilidad. La logística es uno de los sectores que más está sufriendo el vaivén económico pospandemia. El incremento del precio de los carburantes está haciendo mella en el transporte y el bloqueo de puertos marítimos por culpa de los confinamientos afecta a los barcos...«las reglas están cambiando casi cada día», explica Ansótegui.

La prueba más palpable de todo esto es el precio del flete de un contenedor: si antes de la covid-19 se pagaban unos mil euros, hoy en día se pueden alcanzar los 15.000. «Estamos moviéndonos en unos precios casi prohibitivos», sentencia el gerente.