La procesión del Encuentro suele ser la más sentida de la Semana Santa burgalesa, pero en esta edición lo ha sido especialmente: era la primera en tres años (los dos de pandemia y el 2019, que se canceló por la lluvia); la temperatura era formidable, sin un atisbo de viento; las cámaras de Televisión Española seguían cada detalle; y, por último, el guitarrista Mariano Mangas ha acompañado al costalero de San Cosme Juan José Estalayo, responsable de la intervención principal. "Es Jueves Santo, amor fraterno y aquí estoy, mi Señor 'chamarilero', bien sabéis que de vos soy esclavo", ha afirmado. 

El Encuentro representa la despedida de Jesús con la Cruz a Cuestas de Nuestra Señora de los Dolores, pasos principales de las cofradías homónimas; el primero de San Cosme y el segundo de San Gil. 

Con puntualidad británica -y obligada por la retransmisión en directo- los costaleros han sacado en andas los pasos, con la solemnidad y la emoción habituales, pero con mucho más público. 

Han llegado en tiempo a la plaza del Rey San Fernando, donde se ha producido el encuentro ("un momento verdaderamente hermoso", ha dicho el abad de la Semana Santa por megafonia) y el intercambio de flores blancas, en representación de la pureza de la Virgen y rojas, en alusión a la sangre de Cristo. A continuación, los cofrades de San Gil han vuelto a la iglesia, donde han cantado la Salve popular, y los de San Cosme han entrado en la Catedral, para hacer una estación de penitencia ante el Santísimo Sacramento.