Aunque aún queda un mes para que arranque la época de exámenes de los universitarios, la UBU ya tiene encima de la semana la propuesta de calendario y ubicaciones para estudiar que se extenderá en el tiempo desde principios de diciembre hasta comienzos de febrero con el fin de atender las necesidades de los alumnos que acuden a segundas convocatorias. La principal novedad pasa por la recuperación completa de la «normalidad» en estos espacios tras dos ejercicios de restricciones en el aforo por la pandemia que hace ahora un año continuaban vigentes.

Las localizaciones más demandas por los estudiantes son la Biblioteca Central, junto a la Facultad de Económicas, y la sala de estudio de la Escuela Politécnica Superior del Vena. En ambos casos la capacidad se redujo a en torno un 40% por la necesidad de tener que mantener la distancia mínima de seguridad, de tal forma que la institución se vio obligada a suprimir 310 puestos en total. Para este curso, volverán a estar a disposición de los alumnos 600 en el caso de la primera localización y cerca de 200 en el de la segunda.

La vicerrectora de Estudiantes, Verónica Calderón, recordó a estas cifras deben sumarse otros 700 entre las salas de estudio que se habilitan en los distintos centros académicos durante las mismas fechas, si bien cuentan con un horario más reducido que termina a las nueve y media de la noche. En el caso de la Biblioteca, se abrirá de 8 a tres de la madrugada en las fechas en las que se concentran más exámenes, que comprenderá al menos todo el mes de enero, mientras que en el Vena el cierre se adelanta a la una de la madrugada con acceso a partir de las 8.30 horas.

Calderón precisa que los horarios no variarán respecto al curso pasado, manteniéndose abiertos ambos espacios hasta las doce de la noche fuera de las semanas de mayor concentración de evaluaciones. «No se recortarán a pesar del plan de ahorro energético de la Universidad», señala (...).

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