Sorolla y Vicente, maestros que plasmaron la jardinería

Ical
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El Museo de Arte Contemporáneo de Segovia y el Parrish Art Museum de Nueva York celebran una exposición espejo a ambos lados del Atlántico

El presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente, presenta con los responsables del Museo de Arte Contemporáneo, la exposición ‘A la luz del Jardín. Sorolla – Vicente’. - Foto: Nacho Valverde (Ical)

'A la luz del jardín. Sorolla-Vicente' no es una exposición son dos. El Museo de Arte Contemporáneo 'Esteban Vicente' presentó hoy la muestra, que se extenderá hasta el 2 de octubre, y dentro de unas semanas, el 7 de agosto, con otra selección de obras de ambos maestros de la pintura, se inaugurará en el Parrish Art Museum de Nueva York, hasta el 16 de octubre. Los jardines propios que Esteban Vicente y Joaquín Sorolla cultivaron, con la complicidad de sus esposas, Harriet y Clotilde, se convirtieron en fuente de inspiración para sus cuadros.

Un total de 80 cuadros conforman la muestra de Segovia y 73 distintas en la pinacoteca neoyorquina, con la misma temática. Un trabajo conjunto, de la mano de la Fundación Harriet y Esteban Vicente, así como la colaboración del Museo Carmen Thyseen y de numerosas colecciones de arte públicas y privadas. Esteban Vicente dijo: "pintar no es pensar es sentir" y Joaquín Sorolla: "la pintura, cuando se siente, es superior a todo".

El presidente de la Fundación Harriet y Esteban Vicente, Andrew Stein, que acudió a la presentación de 'A la luz del jardín', aseguró que es "ver un sueño realizado". Un viaje que le llevó a su infancia, a sus momentos más felices jugando en los jardines de Esteban y Harriet, "las mujeres horas de mi infancia y mi vida, las memorias más atesoradas", resumió.

Un proyecto que de gestó antes de COVID-19, con la propuesta que le hizo la directora conservadora del Museo Esteban Vicente, Ana Doldán, que le conectó con sus emociones, poder dar a conocer al público estos jardines y la presencia en ellos de Harriet. "Pintar es una labor desde amor", dijo, a través del jardín que cultivaron juntos, se resumen "tantos año de dedicación y cariño entre ambos. Estos jardines era una auténtica expresión", subrayó.

Andrew Stein dijo también que estamos ante "una increíble exposición, con la revisión de la obra de dos grandes maestros españoles, con una celebración de la belleza, de la genialidad y una celebración del amor por la vida, de sus vidas con una visión muy adecuada.

Un viaje visual por la luz y el color, por la pasión por la jardinería y el paisajismo de dos grandes genios de la pintura. Del artista, nacido en Turégano (Segovia), que fue integrante de la Escuela de Nueva York del Expresionismo Abstracto Americano y del gran pintor valenciano impresionista que fue la principal de la tendencia de hablar de pintura y jardín, que tuvo un gran eco y éxito al otro lado del océano Atlántico.

Esteban Vicente (1903-2001) y Joaquín Sorolla (1863-1923) de corrientes y de épocas diferentes, comparten, y es el punto de partida de esta exposición espejo, "una misma forma de sentir la pintura a través de la naturaleza, lo que les permitió atravesar fronteras". Dos personalidades artísticas que construyeron, a raíz de sus propios jardines y la propia organización de estos espacios, una paleta de color, dando además especial protagonismo a la luz atrapada a través del color, para convertirla en "un elemento compositivo".

El jardín de Bridgehampton

La directora conservadora del Museo de Arte Contemporáneo de Segovia recordó que el arte de jardinería siempre estuvo muy unido "desde muy pequeño" a Esteban Vicente. En 1961, tres años después de casarse con Harriet Godfried, compraron una granja de estilo colonial en Bridgehampton, en Long Island, donde pasaron seis meses al año y el lugar perfecto para su "gran pasión más allá de la pintura, la jardinería", dijo Doldán, por Vicente siempre dijo que si no hubiera sido pintor, habría sido paisajista.

Disponía de más de 8.000 metros cuadrados, con una casa principal y varias edificaciones, entre ellas el granero que convirtió en su estudio. El jardín se convirtió en "campo de color porque la naturaleza era fuente indispensable para Vicente, un experiencia sensorial que rescató en sus pinturas", detalló la experta y comisaria de la muestra, para darle "un sentido de sosiego y armonía mística" a sus pinturas.

Para Esteban Vicente, la naturaleza siempre fue un elemento subyacente, que se acentúa desde 1964, cuando fija su mirada "físicamente hacia sus jardines", con "masas de color", fruto de la infinidad de plantas que plantaba en un mismo espacio de un mismo color, campos de amarillos, blancos, malvas o fucsia y "los traslada a sus pinturas".

El 10 de enero de 2001, poco antes de cumplir 98 años, tras una vida muy longeva, falleció en Long Island, el pintor segoviano y su mujer se propuso mantener siempre su jardín lo mas hermoso posible. A la muerte de Harriet, ambos hicieron un último viaje hasta el jardín de su museo en la capital de Acueducto, donde descansan sus restos.

Ana Doldán avanzó que la pinacoteca con el apoyo de la Fundación Harriet y Esteban Vicente, llevarán a cabo un proyecto de jardinería en la zona que abraza la sepultura del matrimonio. La recreación de una parte del jardín de Bridgehampton, alrededor del monolito. 

Además, este homenaje saldrá al terreno público, en el parterre del inicio de la avenida Vía Roma, donde se creará una obra, un proyecto de jardín basado en un cuadro de 1995, realizado por el paisajista y experto botánico en las obras de arte, Eduardo Barba, junto al también paisajista, Manuel Sánchez.

Sorolla inspirado por los jardines de La Granja

Las pinturas jardines de Esteban Vicente comparten espacio con obras del 'luminista' Joaquín Sorolla. El valenciano siempre sintió la necesidad de pintar del natural, al aire libre. En 1907, pasa el verano en La Granja de San Ildefonso (Segovia), que supone un punto de inflexión en el deseo de contar con su propio jardín para pintar.

Tres años después, en el Paseo del Obelisco de Madrid, hoy Paseo del General Martínez Campos, construye una casa y las distintas estancias que configuran su jardín. Además viaja por España, jardines del Generalife, de la Alhambra, de los Reales Alcázares, también hasta Italia, y pinta sus villas. A partir de 1916 empieza a pintar su propio jardín hasta 1919, ya que sufrió una hemiplejia que le dejaría imposibilitado.

Los cuadros de estas exposiciones pertenecen a ese periodo (1916-1919), con una selección para ver al Sorolla más íntimo, libre, con una gran destreza artística, de un artista ya maduro, que no duda, dijo la comisaria, en "experimentar a través de lo que ve".

Según remarcó Doldán, para Sorolla, el jardín era "una obra de arte en sí mismo" y siempre tuvo el apoyo de Clotilde como "reflejo de su propia creatividad". En los jardines de su casa, que el pintor cultiva, son los protagonista de sus cuadros o dónde posaban sus invitados para ser retratados.

El presidente de la Diputación de Segovia y del Patronato del Museo Esteban Vicente, Miguel Ángel de Vicente, animó a no dejar pasar la oportunidad de pasear por este jardín y encontrar "calma, libertad, armonía y paz", además de la "energía que ambos artistas trasladaron a sus lienzos".

En Segovia, 'A la luz del jardín. Sorolla-Vicente' tendrá las puertas abiertas hasta el 2 de octubre. En el Parrish Art Museum de Nueva York, con la misma temática y 73 obras de ambos artistas, del 7 de agosto al 2 de octubre.