Los bonos al consumo se han confirmado como una herramienta válida para apoyar al comercio y la hostelería y, en su tercera edición, también a los gimnasios que fueron negocios muy perjudicados por la pandemia. Por ello, el objetivo del equipo municipal de Gobierno es buscar fórmulas que permitan dar continuidad a ese respaldo en los próximos dos o tres años para que puedan recuperarse. 

No se descarta dar continuidad a los bonos aunque quizás con una menor aportación del Ayuntamiento de Burgos (hasta ahora ha sido del 40% y el 60% lo aportaba el usuario) y con alguna por parte de los negocios u otra estrategia diferente. «Pensamos que el Ayuntamiento debe seguir apoyando a los hosteleros y comerciantes, así como también a los ciudadanos hasta que la situación mejore. Habrá que trabajar en la fórmula como están haciendo otras ciudades», indicó la concejala de Comercio, Rosa Niño. 

En este sentido, subrayó la buena respuesta tanto de los establecimiento como de los ciudadanos a los bonos al consumo. «Todos los sectores se han adherido a esta opción de la que se han beneficiado todas las partes», añadió.

En un principio en el borrador de presupuestos de 2023 no hay una partida específica pero no se descarta que se pueda incluir en la primera modificación de créditos, según señaló el concejal de Hacienda, David Jurado, que recordó que así fue en la edición de este año de los bonos al consumo. 

El traspaso de 60.000 bonos destinados a los gimnasios al comercio que se pusieron a la venta el miércoles se agotaron en tres horas. De modo, que en este sector se vendido 410.000, de los que 182.180 ya se han canjeado con un total de 542 comercios adheridos. 

Por lo que se refiere a hostelería, de los 112.500 bonos se han vendido 72.490 y canjeado 19.270 con un total de 75 negocios participantes mientras que en caso de los gimnasios de los 15.000 bonos, se han comprado 11.027 y se han canjeado 5.045 en los 20 centros.