Los vecinos de la calle Calvario, en el barrio de El Crucero, han dado al Ayuntamiento de Burgos una semana de plazo para que clausure los bajos de los número 22 y 24 de la calle Calvario o iniciarán movilizaciones. Los locales han sido okupados por personas sin hogar y en ellos se acumulan toneladas de basura que están provocando la presencia de roedores.

La situación se ha vuelto «insostenible», dado que cada día el trasiego de personas es mayor y a ello se añade el peligro que conlleva que estén realizando fuego en el interior para cocinar o calentarse, lo que preocupa a los residentes de los portales de al lado. «Hay un olor nauseabundo y las ratas ya campan a sus anchas. Además, viene el invierno y hacen fuego. A la mínima chispa vamos a salir ardiendo», aseguró Jorge, uno de los vecinos. 

Los residentes siguen teniendo miedo a la hora de pasar por delante de los locales y están preocupados, especialmente, por sus hijos. En numerosas ocasiones han llamado a la Policía Local para que actúe pero poco pueden hacer los agentes salvo apercibir a las personas que se reúnen en los locales. 

Paralelamente, los vecinos están enviando escritos al Ayuntamiento acompañados de fotografías sobre la situación para que quede constancia del problema que sufren. El área de Licencias envió un requerimiento a los propietarios para que procedieran al cierre de los bajos con unos plazos concretos, que no han cumplido. 

De seguir en su postura, la única salida es que el Ayuntamiento lleve a cabo una actuación subsidiaria que al parecer tendría un coste de 900 euros. «Ya no podemos más. Hemos tenido mucha paciencia y, si el miércoles o el jueves de la semana que viene no han actuado, tomaremos medidas como acudir a protestar al Consistorio. No podemos esperar a que pase algo». 

Los locales llevan sin uso desde hace más de veinte años. La falta de mantenimiento por parte de sus dueños ha hecho que los cristales de la puerta se hayan roto y se haya acumulado basura en su interior y provocado olores a los residentes en el portal contiguo. Algún okupa los utilizó para pernoctar de manera temporal pero desde hace meses rompieron la puerta del que alojó una peluquería y accedieron en su interior. 

Los okupas han trasladado colchones y otro tipo de mobiliario y, según los vecinos, no solo pernoctan sino que también se ejerce la prostitución y hay trapicheo de drogas. El Consejo de Barrio del Crucero apoya a los vecinos y reclama que se limpien y se tapien para que nadie pueda acceder al interior aunque no tengan uso.