El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Burgos ha iniciado ya una ronda de contactos para tratar de pulir el borrador de la futura ordenanza de chamizos, que se pretende aprobar y que entre en vigor este 2022. Un proceso de diálogo que ha llevado ya a mantener una reunión con representantes de la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE) y de la Asociación del Polígono de Burgos Este, quienes han transmitido al concejal de Licencias, Miguel Balbás, que no están de acuerdo con el cambio de criterio que se ha establecido para la regulación de este tipo de locales en las zonas industriales. Entre otras cosas, porque la normativa que ahora se plantea es más laxa con los polígonos que en el resto de la ciudad.

Si en el primer borrador de la llamada Ordenanza Municipal Reguladora del Funcionamiento de los Locales Menores de Ocio Privado se expresaba que estaría «prohibida su ubicación en polígonos o áreas industriales, en parcelas de uso industrial y naves industriales de cualquier tipo, incluidas las denominadas naves nido», el último texto que se presentó a los partidos de la oposición ya no establecía tal impedimento. Pero no solo eso, deja de imponer límites de distancias entre chamizos en los polígonos y no fija controles horarios.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)