Reencuentros blanquiazules

J.A.D.C.
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El ex entrenador de la Arandina Diego Rojas vuelve el sábado a un Montecillo en el que ya sabe lo que es puntuar con el Almazán en las últimas temporadas

Los ex ribereños Diego Rojas (i), y Khalifa, durante un entrenamiento con el Almazán. - Foto: Eugenio Gutiérrez

Tres temporadas lleva ya lejos de Aranda de Duero, pero para el técnico burgalés Diego Rojas, la visita de este sábado con su actual equipo, el Almazán, a El Montecillo, volverá a ser sin duda una situación especial. Lo demuestra el hecho de que el propio entrenador recuerde con cariño su paso por la entidad, donde señala que disfrutó de «estar en una estructura profesional», pero también la circunstancia de que, enrolados en filas sorianas, existan en la actualidad varios jugadores que regresarán esta jornada a la que fuera su casa años atrás (como el arandino Íñigo Miranda, o los ex centrocampistas blanquiazules Khalifa y Alberto Plaza).

El escenario, emotivo no obstante para todos ellos, no impedirá a Rojas tratar de exprimir a sus jugadores para buscar dar la sorpresa (como en las últimas comparecencias, con 1-1 y 1-2 en favor adnamantino), e intentar sacar algo positivo de su visita a tierras burgalesas. Un reto que Rojas considera difícil porque advierte que la Arandina es un equipo que «ha hecho buenos partidos» este año y contra el que «sé que vamos a sufrir», pero también ante el que, argumenta, los suyos llegan preparados porque aterrizarán en El Montecillo en un buen momento de forma.

Así lo atestigua su trayectoria a pesar de haber cerrado el pasado domingo la jornada en Cebreros con derrota (1-2). Una hoja de ruta positiva pese a todo, y en la que el conjunto soriano ha logrado sumar ya dos victorias en liga. También, buenas actuaciones -como frente a Burgos Promesas y Real Ávila-, que bien podrían haber terminado con otros resultados en el marcador dado que, como sentencia, «el equipo estuvo bien» y «creo que merecimos más».

En cualquier caso, y sea como fuere, el pasado es un argumento que no preocupa en exceso a Diego Rojas. Y no lo hace porque, para el entrenador del Almazán, lo que prima ahora mismo es trabajar día a día y, en este caso, «ir a Aranda, intentar ganar y pensar en el siguiente partido». Tiene que ser así puesto que, como asume, queda mucha liga por delante y en el grupo «hay mucha igualdad». Tanta que, como finaliza, «de los once equipos que hay, será complicado ganar a muchos». Un punto que vaticina incertidumbre, pero también un año «diferente y bonito».