«No se puede bajar la guardia ante la polio»

G.G.U.
-

El neurólogo Mateo Díez advirtió ayer en la UBU del riesgo de rebrote si no se alcanzan los objetivos de vacunación y pidió atención para los adultos con secuelas por la enfermedad

El neurólogo Mateo Díez, justo antes de la conferencia en la UBU. - Foto: Patricia

«Puede haber resquicios; hasta que la polio no se erradique al 100% en todo el mundo, nadie puede bajar la guardia». Tan categórico como directo, el neurólogo Mateo Díez, aprovechó que ayer se celebraba el Día Mundial Contra la Poliomielitis para explicar en la UBU por qué esta enfermedad que para la mayoría de los nacidos después de 1975 es algo del pasado, sigue siendo «una espada de damocles» en pleno siglo XXI. Es decir, que la infección causada por poliovirus no solo no es historia, sino que sociedades como la española, sin casos autóctonos de la variante salvaje desde 1988, corren el riesgo de comprobar que puede ser una patología contemporánea.

Para ello, basta con echar un vistazo a las noticias de los últimos meses acerca de la aparición de poliovirus en aguas residuales de Estados Unidos (en Nueva York, sobre todo) y de Inglaterra; países en los que esta aparición resucitó el pánico a una enfermedad que ha causado estragos entre los niños a lo largo de la historia. «La polio se describió en 1840, pero se conoce desde hace muchísimo», dijo Díez, destacando que aunque no tuviera nombre concreto hasta el siglo XIX, las familias veían cómo «niños que estaban bien, quedaban completamente paralizados en cuatro o cinco días».

El neurólogo explicó en la facultad de Ciencias de la Salud que los poliovirus afectan a «una zona concreta de la médula, que se llama motoneurona. Y, en función del punto de afección, provoca inflamación y un déficit funcional, una parálisis que puede ser de una pierna, dos piernas, un brazo... Si ese punto es alto, provoca una insuficiencia respiratoria y el paciente moría, porque se quedaba paralizado [a la altura de los pulmones]», explicó, matizando que «los poliovirus afectan al mismo punto que la Esclerosis Lateral Amiotrófica, pero mientras que la polio es un proceso inflamatorio de 5, 6 o 7 días, la ELA es degenerativo». 

Otra semejanza es que ni la una ni la otra tienen tratamiento, aunque la magnitud de las epidemias de polio aceleraron la carrera hacia la curación en el siglo XX, cuando la ciencia puso a disposición del mundo dos tipos de vacunas diferentes: una estadounidense, intravenosa y elaborada con poliovirus inactivados (muertos) y otra rusa, de administración oral mediante gotas y elaborada con poliovirus atenuados. Estos resultados se consiguen hacia mediados de los años cincuenta «y entonces nace la conciencia global de erradicar la poliomielitis, sea como sea», destacó el experto, destacando que el objetivo, ambicioso, no se ha conseguido todavía (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de hoy martes o aquí)