Belén Marticorena

Sobreviviendo en la Jungla

Belén Marticorena


¿A qué huele Burgos?

08/07/2022

Esta es la gran pregunta que me hago desde hace un tiempo. Siempre había pensado poéticamente, que Burgos huele a historia, río, monumentos, corderito asado, a buen vino y de manera silenciosa y siempre como notas de fondo a frío, a ese frío que nos acompaña y que nos abraza en sus distintas formas durante prácticamente todo el año. Sin embargo, en los últimos tiempos, Burgos huele mal, y sí, lo digo así de claro. No sé si se trata de un problema de falta de mantenimiento de desagües y cloacas, materia que por otro lado, la ciudadanía preferimos desconocer. Pero desde hace tiempo, la podredumbre no se ha quedado, como debe de ser, en su sitio, escondida y oculta. Muy al contrario, parece que cada día se cuela y se hace más presente en nuestras calles, por todas las grietas y huecos que encuentra, y nos embriaga con su aroma, que desde luego, no es ninguno de los números de Chanel.

No quiero resultar petarda, que ya sé que muchas veces lo soy, pero con la reputación que nos habíamos ganado, como ciudad limpia y ejemplar, de repente me temo que empezamos a correr el riesgo de convertirnos en no mucho tiempo, en la oscura Gotham de Batman. Qué difícil es mantenerse en lo alto y qué fácil es caer en el precipicio, lo sé, pero ello no es disculpa para no volver a levantarse y enmendar el desastre y la decadencia que nos invaden desde hace tiempo.

Y lo digo, porque si hemos sido lo mejor, podemos volver a serlo. Tal vez haya que empezar por exterminar definitivamente a esas ratas con alas que invaden nuestro maravilloso centro histórico, sí esos bichos que llaman palomas y que convierten a la mínima oportunidad, tanto las viviendas como las calles en su imperio y estercolero particular. No hay enemigo que las pare y van avanzando día tras día, invadiendo con sus asquerosos ruidos, enfermedades y excrementos todos los rincones de la ciudad que antes estaban llenos de luz y belleza.
Es estupendo que se ponga tanto empeño en cuidar el medio ambiente y mejorar nuestra educación y responsabilidades con el planeta, pero igual no hay que irse muy lejos, porque el problema lo tenemos delante de nuestras narices y hay que solucionarlo.