El llenado de Castrovido seguirá parado este otoño

P.C.P.
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El Ministerio aún no ha definido «el tratamiento más adecuado» para sellar esa filtración de agua y debe redactar después el proyecto y licitarlo. La entrada en servicio de la presa se retrasa así otro año

Imagen del cuerpo principal de la presa de Castrovido, este verano, en plena sequía. - Foto: F2estudio

La llegada de las ansiadas lluvias se celebra en toda la provincia salvo en el pantano de Castrovido, donde será estéril para avanzar en su llenado. Al sumidero por el que pierde agua, entre Terrazas y Monasterio de la Sierra, y del que no había trascendido nada hasta que este periódico desveló el contratiempo la pasada primavera, aún no se le ha encontrado la solución técnica que permita sellarlo y continuar con la fase de puesta en carga, que acumula ya al menos un año de retraso.

El Ministerio para la TransiciónJusta y el Reto Demográfico (Miteco) reconoce a este periódico que no ha definido «el tratamiento más adecuado para el sellado» de esa zona por la que se filtra el agua, pese a que desde hace meses le fueron remitidos los documentos técnicos. Una vez que la Dirección General del Agua tome una decisión, será necesaria «la redacción del correspondiente proyecto de ejecución definitivo, que dará pie a la contratación, de forma inmediata, de las actuaciones requeridas», apuntan desde el Miteco.

Sin embargo, ni el Ministerio de la Confederación Hidrográfica delDuero (CHD) avanzan cuánto puede costar esa obra, ni qué plazos se barajan para la licitación y ejecución de la misma. Una vez iniciado el año hidrológico (el 1 de octubre), el tiempo corre en contra de una operación que depende totalmente de la climatología. Será imposible ya que se aprovechen las precipitaciones de otoño y bastante improbable que se llegue a tiempo para primavera, lo que significaría otro año de retraso en la operación de puesta en carga, de la que solo se ha completado una primera fase con 4 hectómetros cúbicos, lo que supone un 11% de su capacidad total, que es de 44,12 hm3.

La obra civil de Castrovido comenzó en 2004 y finalizó en diciembre de 2020. Para comprobar el comportamiento de la estructura en su conjunto, los técnicos necesitan llenar y vaciar en varias ocasiones el vaso principal, subiendo de nivel cada vez un poco más hasta llegar al máximo.

«Durante su desarrollo, se realiza el control y el seguimiento de las diferentes variables que influyen en el comportamiento de la presa, y previamente a cada escalón de llenado, se inspeccionan en detalle las zonas del vaso del embalse que quedarán sumergidas, todo ello con el fin de verificar un adecuado comportamiento del conjunto», explican desde el Ministerio.

Completar esa operación en su conjunto podía llevar dos años hidrológicos, según los cálculos iniciales, lo que situaba la entrada en servicio para el otoño de 2023. Pero esa estimación se ha visto ya frustrada por dos contratiempos, el primero natural, la sequía vivida en los últimos meses, y otro técnico, al completar la primera fase de la puesta en carga, en diciembre de 2021.

«Previamente al siguiente escalón de llenado, y fruto de esa inspección del vaso del embalse realizada con mayor profundidad, se detectó la existencia de un sumidero en el cauce del arroyo Vaquerizas (afluente del río Arlanza por su margen derecha, que lleva agua de forma intermitente), en una zona que quedará inundada por el embalse de Castrovido» una vez que alcance su volumen máximo.

Desde el Miteco se justifica que en 17 años de obras y varios más de estudios y proyectos previos no se haya detectado ese inconveniente. «La gran superficie que ocupa el vaso del embalse de Castrovido y las reducidas dimensiones que tiene este sumidero hacen que su detección no se haya producido en fases tempranas y sea ahora, con la inspección en detalle de las zonas del vaso del embalse que quedarán sumergidas en cada etapa de llenado parcial, cuando se haya descubierto su existencia y se vaya a proceder a su sellado», explican a este periódico.

Desde la CHD, pese a estos retrasos, insisten en que el embalse de Castrovido ya contribuye a la principal función para la que fue construido, que es la de regular las crecidas del río Arlanza. Además, la presa de cola sí ha quedado llena y en esa gran playa y en el entorno se está formando ya un ecosistema con su flora y fauna propia, de la que ya han comenzado a disfrutar este verano los vecinos de la comarca y que en próximos años servirá para practicar la pesca y la navegación sin motor.