i.m.l. / aranda

La última sesión plenaria del año tuvo los asuntos de interés fuera del orden del día, en las intervenciones del público cuando una portavoz de los vecinos del barrio de Santa Catalina plantearon a los concejales los problemas de convivencia que están soportando desde que se detectó la okupación de una casa en la calle Hontanar. "Tenemos que soportar desplantes, nuestros hijos no pueden salir solos a comprar el pan, dejan la basura en la puerta,... y los mayores del barrio tienen miedo", relató quien ejercía de portavoz de los vecinos.

Este colectivo considera que el estado de dejadez que sufre el barrio es parte del problema de la degradación de esa zona de Aranda y pedían al Ayuntamiento mejoras en el entorno como aumento de la iluminación de las calles y arreglo de aceras y asfaltado. La alcaldes arandina, Raquel González, se comprometió a mantener una reunión con una representación de estos vecinos "después de pasar estas fiestas".

También escucharon en el salón de plenos las quejas de los padres de las Escuelas Municipales Infantiles, reclamando que no se aplique la subida de tarifas que se aprobó después de que haber formalizado la matrícula con una tasa inferior.

Los asuntos de gestión municipal no dieron sorpresa alguna, aprobándose por unanimidad las bonificaciones del ICIO para las obras del nuevo hospital y de adaptabilidad en el Centro de Educación de Adultos 'Conde de Aranda', así como el pago de las facturas de los abogados que llevaron la representación del Ayuntamiento arandino en el caso de la depuradora, ese punto solo con los votos a favor del equipo de gobierno y el edil de Vox, por valor de 335.000 euros, y unos arreglos en la propia EDAR que cuestan 64.257 euros.