La mirada de Marcos Villafruela se detiene en la espalda de una de las modelos escogidas para su último desfile. Con delicadeza y todo el sentido, el diseñador mirandés coloca el último alfiler para ajustar el vestido. Así cierra el círculo y confirma que sus ocho creaciones lucirán sin error en la pasarela de la Gazteiz On. De esta manera el diseñador mirandés remata el trabajo, pero todavía continúa pegado a su móvil para resolver los últimos detalles. Parece nervioso, pero no lo está. «¡Que va, si estoy muy tranquilo!», afirma tras mirar el orden de salida sobre la pasarela vitoriana en su 39ª edición. 

Antes de atender a Diario de Burgos cuelga definitivamente y explica cómo tiene todo dispuesto «con los vestidos en los burros y con los zapatos también preparados». Nada queda al azar, seguramente porque la experiencia es un grado y el mirandés suma vivencias a un ritmo vertiginoso. Antes de mostrar Kokoro en Vitoria lo hizo en París, donde conoció algo más de un mundo que le apasiona y en el que tiene muchos retos por lograr. Su aventura acaba de empezar y los próximos episodios los tendrá en Dubai y Moscú.

De la ciudad de la luz llegó «sin palabras». El sueño cumplido rebasó sus expectativas y también le sirvió para crecer hacia la consolidación de su marca, en un mundo repleto de competencia. «Cenamos con gente muy importante», confiesa Villafruela, que recuerda que «solo el entorno en el que nos movimos del Hotel Intercontinental fue la leche».El lugar «es lo más de lo más para el mundo de la moda», y en ese escenario se mimetizó Villafruela, donde «alquilé una sala los dos últimos días», para darse a conocer más allá de la pasarela.

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