La hostelería salva como puede los efectos del coronavirus. Al margen de la estrategia de cada local hay una solución que casi es común a todos los que tratan de salir a delante. Firmar un crédito ha sido el clavo ardiendo al que se han agarrado "aproximadamente el 70% de los bares", calcula el presidente de la asociación de hostelero de Altamira, Pepe Rey.

No todos han utilizado la misma fórmula, puesto que destaca que existían varias vías para endeudarse, aunque los resume en los créditos ICO para emprendedores y los personales de las entidades bancarias.

Respecto a los primeros, representa un mecanismo impulsado por el Gobierno a través del Instituto de Crédito Oficial. "El problema que tienen estos es que hay que justificar todos los gastos, porque es solo para pagar facturas", aclara Rey, que matiza que por este motivo la mayoría de los gerentes de los locales han apostado por la otra solución que tenían: "Créditos personales".

En este caso, no hay que justificar las cantidades ni el destino del dinero. Además, Rey reconoce que las entidades bancarias "también ha sacado préstamos especiales para el comercio en general". La diferencia a la hora de tener que pagar cada uno de ellos según detalla Rey, se centran en que los ICO "se pagan a tres años con uno de carencia", mientras que los personales se han acordado mayoritariamente con un periodo de cinco años.

Rey recalca que este porcentaje representa un ejemplo más "del esfuerzo" de la hostelería para mantener la actividad, a pesar de todas las limitaciones. En la asociación ya han lamentado el cierre de una docena de establecimientos y el ocio nocturno lanzó una llamada de auxilio la semana pasada tras la limitación de su horario. Por el momento, Rey sostiene que la actividad "está floja" y aunque por ahora se cubren gastos, mucha gente se queda en casa por miedo y otra "se marcha fuera", lo que provoca que su actividad descienda