Los tiempos de entrega seguirán siendo largos

G. ARCE
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La previsión es que esta demora se mantenga hasta el verano y que en el segundo semestre del año el mercado recupere poco a poco

Los parones en la industria tienen reflejo en los concesionarios. - Foto: David Pérez

El reflejo más evidente de la falta de microchips y los cuellos de botella en los abastecimientos está en los concesionarios: la entrega de un vehículo nuevo al comprador se puede dilatar entre 4, 6, 8 meses o un año, dependiendo de la marca y la versión. La previsión es que estos tiempos de entrega sean así hasta el verano y que en el segundo semestre del año el mercado recupere poco a poco.

Carlos Arce, presidente de los concesionarios burgaleses, insiste en que la logística ha experimentado una ligera mejoría pero «va lenta», tal y como confirman los últimos datos de matriculación, en abril descendió un 14,7% en Burgos y no se llegaron a vender el millar de unidades en el acumulado de los cuatro primeros meses como sí ocurría otros años. La comparativa, matiza, es con respecto a un año (2021) que también fue «malo» en ventas.

«Pensar que esta crisis se va a solucionar mañana es de ilusos. Es más, no vamos a volver a los años anteriores, estamos ante un cambio sin vuelta atrás al que nos tendremos que adaptar. Los fabricantes no se van a lanzar a inundar los mercados con coches y con grandes campañas de promoción, sino que producirán sobre pedido y con un precio establecido. Si ese precio no se paga en España, lo pagarán en otro país», reflexiona.

El presidente de la Asociación de Concesionarios de Burgos augura que el cliente se tendrá que adaptar y adquirir su nuevo coche con varios meses de previsión, «si no, tendrá que conformarse con el que otros no quieren o uno más equipado del que buscaba». Ahora, la oferta que está primando y ofrece más variedad es la de vehículos usados. 

A la logística se suma el problema del alza extraordinario de los combustibles y de las principales facturas, «lo que no invita a cambiar de coche y hace que la gente se lo piense», concluye.

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