Amor y orgullo más allá de la muerte

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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Margarita Pérez y Carmen Bermejo, que perdieron a sus maridos en el accidente del Yak-42, el peor siniestro del Ejército en tiempos de paz, evocan su recuerdo luminoso ylo duros que han sido estos años en sus vidas, marcadas por el dolor y la pena

Amor y orgullo más allá de la muerte - Foto: Patricia

Si pudieran, borrarían el mes de mayo de sus vidas, aunque sea el apogeo de la primavera. A Carmen Bermejo estos días se le revuelve el estómago, y la pena que no ha dejado de sentir desde hace veinte años, desde que aquel maldito avión se estrellara en Turquía con su marido y otros 61 compañeros a bordo cuando regresaban de una misión humanitaria en Afganistán, le encoge y aprieta el corazón. Y duele. «Duele mucho», musita Carmen. Se le humedecen los ojos y se le quiebra la voz a la viuda del subteniente José Ignacio Pacho al hablar de él, al evocar su luminoso recuerdo. «Era un hombre cariñoso y bueno. Está dentro de mí y de mis hijas», declara con un amor y una pasión que no ha dejado de sentir ni un instante en todo este tiempo.
Para Margarita Pérez, viuda del brigada César Barciela, estas fechas también son sinónimo de dolor y de tristeza. «Ha sido muy duro. Parece increíble que hayan pasado ya veinte años... Con todo lo que hemos sufrido, con todos los problemas que hemos padecido...». A Carmen y a Margarita les unió la tragedia. Desde entonces son amigas del alma. En sus miradas, cómplices y llenas de ternura, hay un vasto conocimiento y un profundo cariño, nacido de haber compartido una experiencia tan radical como terrible. Se han ayudado y apoyado porque tuvieron que seguir viviendo para sacar adelante a sus hijos. Contra viento y marea. Tantas veces en soledad. Y siempre con la ausencia de sus compañeros de vida arañando sus almas. Lo hicieron con dolor y con tristeza. Pero también con amor y con orgullo.

(Reportaje completo en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos o aquí)

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