La lava del volcán de La Palma avanza ocho hectáreas

EFE
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A pesar de que continúan produciéndose desbordamientos del lago del cono principal, la sismicidad se mantiene estable y las emisiones de gases siguen en tendencia descendente

Vista del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma - Foto: EFE/ Miguel Calero

La lava procedente del volcán de La Palma ha ocupado ocho nuevas hectáreas en las últimas 24 horas, hasta una superficie total de 1.058,22 hectáreas, un avance centrado en la colada cuatro, que se ha unido a la colada siete, entre las montañas de Todoque y La Laguna.

En todo caso, la sismicidad se mantiene estable, las emisiones de gases continúan en tendencia descendente, la deformación del suelo de seis centímetros en vertical detectada en días pasados ha revertido y la calidad del aire es buena o razonablemente buena, según han informado los portavoces de los comités científico y técnico del Plan de emergencias volcánicas de Canarias (Pevolca), Carmen López y Miguel Ángel Morcuende.

Morcuende ha alertado contra la normalización con que la población de La Palma está asumiendo "algo que no es tan corriente" como la presencia de un volcán en una zona habitada y ha insistido en que los ciudadanos deben mantener "la guardia alta" por su propia seguridad. 

Los mayores problemas ocasionados por el volcán este domingo se producen en las conexiones aéreas con la isla, interrumpidas desde la mañana del sábado por la caída de cenizas sobre el aeropuerto, en la vertiente este de la isla, lo que mantiene inoperativa las pistas.

El predominio de los vientos del sur y del oeste es probable que se mantenga al menos en las próximas 24 a 48 horas, lo cual es desfavorable para la actividad aeronáutica, subrayó la portavoz científica del Pevolca, Carmen López.

Junto a los vientos de poniente, se esperan precipitaciones débiles a moderadas que podrían ser puntualmente fuertes y en forma de tormentas el lunes.

Uno de los indicadores que siguen los científicos para monitorizar la evolución de la actividad eruptiva son las emisiones de dióxido de azufre en el penacho del volcán, que se sitúan actualmente entre las 7.000 y las 18.000 toneladas diarias, dentro de la tendencia descendente que se registra desde el 23 de septiembre.

A pesar de que en general la calidad del aire es buena o razonablemente buena en las últimas horas, las autoridades aconsejan usar mascarillas FFP2 y mantener la precaución en la vertiente este de la isla, a la que los vientos empujan los gases y cenizas.

También ha habido problemas de calidad del aire hasta bien entrada la mañana en la zona de Las Manchas, al sur de las coladas, lo que ha retrasado hasta las 11:00 horas el acceso de las personas evacuadas que acuden a sus domicilios a limpiar cenizas o buscar alguna pertenencia y a los trabajadores de las desaladoras o de la carretera que se está construyendo para facilitar el acceso a Puerto Naos.

Morcuende pidió a la población que tenga paciencia con este tipo de restricciones e insistió en que la única motivación es la salud de las personas, porque ese es el principal cometido del Pevolca y "no podemos arriesgarnos".

Advirtió de que "nos hemos acostumbrado" a los terremotos o a las coladas, y eso es "malo".

Al principio la guardia estaba alta, la normalización de una situación tan poco normal como un volcán en medio de una población "es peligrosa" para la salud de las personas, ha dicho el portavoz del comité técnico del Pevolca.

Esa normalización también alcanza a la cada vez menor colaboración ciudadana a la hora de comunicar si ha sentido o no un terremoto, unos datos que son cruciales para los científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

Carmen López señaló que la intensidad de un terremoto se mide en función de la información que dan las personas que lo han sentido y el IGN percibe que mucha gente se ha relajado y ya solo responde a los cuestionarios que se disponen al respecto cuando son sismos grandes.

El propio Miguel Ángel Morcuende confesó que la normalización de la actividad volcánica le afecta incluso a él mismo, que no ha comunicado alguno de los sismos que ha sentido, por lo que hizo un llamamiento a todos para mantener la colaboración con los científicos, que desarrollan una actividad esencial para toda la comunidad.