El San Pablo afronta por primera vez en su historia una fase final de la Liga Endesa. No es un play off al uso por las circunstancias creadas por la COVID-19, pero servirá igualmente para decidir al campeón entre los mejores equipos de la ACB en la presente temporada. De las 12 escuadras participantes, la burgalesa es la única que nunca ha disputado un torneo de estas características, una inexperiencia que le hace tan vulnerable como peligroso. 

El conjunto dirigido por Joan Peñarroya llega a la cita valenciana sin nada que perder. Clasificado para la Final Eight de la Champions y para el torneo por el título en la competición doméstica, el club azulón está rompiendo moldes este curso. Esa falta de presión y la ilusión de la primera vez pueden convertirse en aliados del San Pablo, que, sin embargo, carece de la experiencia del resto de equipos.

En el play off por el título de la temporada pasada, participaron el Real Madrid -a la postre campeón-, el Barcelona, el Baskonia, el Valencia Basket y el Unicaja, habituales en esta cita. Además, se sumaron el Zaragoza, el Joventut y el Manresa de Joan Peñarroya. Siete de esos ocho equipos están en la fase final de La Fonteta.

En la campaña 2017/18, a parte de los cinco favoritos, se clasificaron el Gran Canaria, el Tenerife y el Andorra, entrenado por entonces por Peñarroya, mientras que la última aparición del Bilbao Basket en el play off se remonta al curso 14/15. Todos los integrantes de la fase final de Valencia han estado alguna vez en esta tesitura, a excepción del San Pablo.

Sin embargo, dadas las circunstancias, la experiencia no será un factor clave. Sí importante pero no determinante. Además, los azulones cuentan con hombres que han competido con anterioridad a ese nivel. Es el caso del recién llegado Pablo Aguilar, Augusto Lima, Vítor Benite, Thadd McFadden y Ferran Bassas. «Nuestra ilusión sobrepasa nuestra inexperiencia», aseguraba hace unos días Miquel Salvó, que ve al equipo con opciones pese a la sensible baja de Earl Clark.