Entre más carriles bici y buenas multas

L.M.
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Los ciclistas exigen más vías exclusivas y los peatones celebran las sanciones a quien invada las aceras. Los usuarios de las dos ruedas reclaman campañas informativas y sanciones «con criterio». Andando Burgos, más calles con reducción de velocidad

Peatones y ciclistas deberán adaptarse a las nuevas condiciones de movilidad cuando la ordenanza municipal entre en vigor. - Foto: Alberto Rodrigo

Tras más de una década de costosa tramitación, falta de acuerdo político o interminables tiempos de espera para que se actualizaran las normativas estatales, la Ordenanza de Movilidad para Burgos parece que va entrando en su recta final. Desde la asociación Burgos con Bici están a la espera de conocer a detalle el documento completo tras la estimación o no de las 650 alegaciones, pero tras leer a través de este periódico los primeros flecos del futuro reglamento municipal, que regulará la forma en la que conductores, ciclistas, usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP) -sobre todo patinetes eléctricos- y peatones se desplazan por la ciudad, destacan varias ideas.

El colectivo de las dos ruedas, en boca de su portavoz, Pedro Mediavilla, valora positivamente que la ciudad esté más cerca de contar con esta «herramienta», y pone el foco en los criterios a la hora de llevar a cabo el régimen sancionador que se contempla. Cabe recordar que los ciclistas deberán abonar 60 euros de multa si circulan por zonas peatonales como principal novedad, y desde Burgos con Bici defienden que «no es lo mismo un ciclista incívico que está creando peligro por la acera a otro que va con cuidado y respeto.Si se ponen a multar sin criterio, con una tabla rasa, hará que se deje de utilizar la bicicleta», denuncia Mediavilla. Reclaman de nuevo -como lo vienen haciendo desde hace años- una mejora de la infraestructura ciclista de la ciudad, ampliando los kilómetros de carril bici y evitando tener que circular por zonas peatonales para salvar espacios donde no hay tramos reservados para los vehículos a pedales. «Hasta que no tengamos una malla completa es una entelequia creer que todos los ciclistas se van a ir a la calzada.No nos oponemos a ir, pero exigimos unas condiciones de seguridad que aún no están implantadas», denuncia el portavoz.

También reclama una «importante» campaña informativa para explicar a los ciudadanos el funcionamiento de la futura normativa «dejando de lado las posibles interpretaciones». Así mismo, incide en la educación y en la disponibilidad de alternativas para su ejecución. «A día de hoy no se puede cumplir a efectos de un ciclista normal.El hecho de lanzar a la calzada a los usuarios de bici de forma indiscriminada es una temeridad o unas ganas de hacer que desaparezcan de la ciudad», lamenta.
«satisfacción». Otro de los colectivos a los que afecta de manera directa la Ordenanza de Movilidad es a los burgaleses que se desplazan a pie.Desde la asociación Andando Burgos, su presidente, Félix Martínez, que asegura tras conocer lo publicado por este periódico que su colectivo «celebra que se hable de sanciones a los malos comportamientos en las aceras, así como el hecho de que estos espacios «sean eminentemente peatonales».

Con respecto a las zonas peatonales, plantean que conociendo las características del centro de la ciudad, muy grande y con visos de seguir ampliándose a lo largo de los próximos años, «hay que ser más cautos de cara a las nuevas fórmulas de logística». Pone como ejemplo los espacios de carga y descarga o a residentes de zonas peatonales que no dispongan de coche pero sí de bicicleta. Insisten de nuevo en la definición del espacio peatonal, de las normas que rigen en el mismo o de las calles que podrían tomar esta consideración. «Si permite la carga y descarga con vehículos pesados, ¿por qué no va a descargar una bicicleta si va equipada?», expresa Martínez.

Se congratulan también de la reducción de la velocidad hasta los 30 kilómetros por hora en ciertas vías para favorecer la integración de la bicicleta en la calzada. «Si les sancionas por ir por la acera, hay que darles alternativa a corto plazo para que circulen de manera cómoda y segura», confiesa, al tiempo que destaca que el uso de la bicicleta es uno de los pilares fundamentales para conseguir que Burgos tenga una movilidad sostenible. Traslada Martínez que la propuesta de bajada en las calles de sentido único, que a su juicio podría ser incluso inferior en algunas, podría hacerse extensiva a otras vías de doble sentido en barrios. «Apostamos por ello en toda la ciudad para reducir la probabilidad de muerte por atropello y para equiparar las velocidades de los vehículos que puedan ir a la vez por la calzada», concluye el presidente de Andando Burgos.