«Tener una amplia batería de vacunas va a ser muy positivo»

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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Juan Ayllón, virólogo y director del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UBU, afirma que los anuncios de Pfizer, Moderna y AstraZeneca son «notas de optimismo que dejan ver un horizonte de control en la pandemia, aunque sea lejano»

Los ojos del mundo entero están posados sobre los laboratorios que investigan las vacunas contra la covid-19. - Foto: Alberto Rodrigo

En un escenario en el que las malas noticias se repiten, incansables, y en el que se nota cada vez más la fatiga social producida por la pandemia, las informaciones que en estas semanas han hecho públicas los laboratorios Pfizer, Moderna y AstraZeneca sobre los buenos resultados de sus ensayos de la vacuna contra la covid-19 han sido acogidas con una inmensa alegría, no solo por los mercados bursátiles -que en el caso de Pfizer fue especialmente estrepitosa-, sino por el mundo de la ciencia, que suele ser menos impresionable en estos contextos. «Son unas notas de optimismo muy necesarias porque permite vislumbrar un horizonte de control de la pandemia, aunque sea lejano», afirma el virólogo Juan Ayllón, director del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Burgos.

A su juicio, «aún con la debida prudencia», se trata de buenas noticias de las que destaca como más importante «que es muy probable que la mayoría de las otras vacunas que están en desarrollo también funcionen porque se basan en el mismo modelo de generar anticuerpos neutralizantes. Es esperable, por tanto, que tengamos una amplia batería de vacunas donde elegir de aquí a unos meses». Es el caso de las de Moderna y de Pfizer, más novedosas y basadas en ácidos nucleicos y, por ello, con más dificultades de conservación y distribución. En la de Oxford y AstraZeneca, que ha venido acompañada de un trabajo publicado en Lancet (una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo) con los resultados de su fase 2, Ayllón afirma que es «muy bueno» que esté generando anticuerpos en personas mayores de 70 años y que, al igual que las vacunas china y rusa, el hecho de que se haya realizado de una forma más tradicional y no tan novedosa como las de los ácidos nucleicos de Pfizer y Moderna, «tiene una ventaja y es que ya existen las cadenas de distribución: «Tener todas estas vacunas va a ser muy positivo».

La mayoría de legos en la materia se impresionó por la rotundidad con la que los laboratorios han hablado de los altos porcentajes de eficacia de su vacuna, algo que matiza este experto. «Eso quiere decir que en las condiciones de este ensayo clínico, la vacuna de Pfizer previno síntomas de la covid-19 en el 90% de los voluntarios que la recibieron al compararlos con un grupo al que le habían puesto placebo. Se trata de un valor aún provisional y ‘eficacia’ solo se refiere a las condiciones controladas del estudio. El cómo sea de buena la vacuna en la realidad, cuando empecemos a usarla en la población general, en grupos de riesgo... lo que llamamos ‘efectividad’ variará, y, probablemente, sea más baja que ese 90%. Aún así, es un valor muy prometedor: cualquier dato por encima del 50% nos va a permitir aliviar mucho lo peor de la pandemia».

Ayllón cree que más allá del porcentaje de eficacia, las vacunas de Pfizer y de Moderna indican «que junto con lo que ya sabíamos de las fases previas de los ensayos clínicos, que hace que se generen anticuerpos neutralizantes y que estos evitan los síntomas de la covid, lo que, en paralelo, es una buena noticia también para aquellos que tras una infección natural están generando esos mismos anticuerpos, lo más importante es que es muy probable que la mayoría de las otras vacunas que están en desarrollo también funcionen porque se basan en el mismo modelo». 

El director del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UBU no ve mayor problema al hecho de que detrás de los datos que ofrecieron las farmacéuticas estadounidenses no estuviera la publicación de un artículo ni siquiera preliminar, algo que sí ha hecho AstraZeneca: «Es normal que se publiciten piezas de resultados de ensayos clínicos a medida que se van obteniendo, antes de disponer de todos los datos, máxime en una situación como la presente.

Podemos esperar igualmente un goteo de resultados del resto de los ensayos en curso a partir de ahora. Esto no invalida la buena noticia, sólo hace necesario que incidamos en que es precisa la prudencia y tener presente que todavía hay muchos aspectos que desconocemos». También descarta que estemos ante «maniobras turbias», como pudiera colegirse del pelotazo en bolsa que dio  Pfizer: «Conviene recordar que falsear información de este tipo para generar ganancias económicas está severamente penado, y que el efecto rebote que tendría el que se demostrara que esto no son datos reales sería demoledor para la compañía».

No tiene duda Ayllón de que estas vacunas llegarán a principios del próximo año y que cuantas más haya, a más población llegarán. Los primeros en recibirla, recuerda, serán los que determinen los comités encargados de tomar esa decisión: «Mi opinión personal está en concordancia con la de la OMS: personas vulnerables, es decir, quien más riesgo tenga de sufrir enfermedad grave y muerte, y trabajadores sanitarios. El enfoque es ciertamente utilitarista, pero muy justificable en una crisis como la actual: lo primero es evitar muertes y saturación del sistema sanitario, lo que también permitirá reducir y empezar a superar las consecuencias socioeconómicas de la pandemia y aliviar el cansancio y la frustración de la población».