El largo trámite para arreglar las goteras de la estación

L.M.
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Fomento anunció una mejora «de gran envergadura» a lo largo de 2019 para reparar la cubierta pero no ha dado el primer paso hasta mediados de 2020

Estampa más que habitual en el hall de la estación de tren Burgos Rosa de Lima cuando llueve.los cubos y las cintas salen a relucir ante el mal estado de la cubierta de la infraestructura. - Foto: Alberto Rodrigo

El Instituto Cervantes explica el popular refrán ‘Las cosas de palacio van despacio’ como la lentitud con que se realiza algo, en especial los trámites burocráticos de la administración.Pues bien, si tratamos de buscar algún ejemplo en la realidad actual, nada encaja mejor que la situación que se vive en el aspecto ferroviario de la provincia burgalesa.A los ya incontables retrasos que acumula la llegada delAVE, la construcción fallida de viaductos o el olvido de líneas con una alto potencial como la del TrenDirecto se une desde hace tiempo la cubierta de la estaciónBurgos-Rosa de Lima. El Administrador de InfraestructurasFerroviarias (ADIF) llevaba tiempo realizando un mantenimiento periódico del tejado de la terminal ferroviaria ante las continuas filtraciones de agua prácticamente desde su inauguración, por lo que en noviembre de 2018 anunció « una actuación de mayor envergadura» para atajar el problema de raíz, y que a juicio de ADIF se iba a desarrollar a lo largo de 2019.

No obstante, nada se ha vuelto a saber de ese plan hasta esta semana, año y medio después, cuando se ha anunciado la adjudicación de la redacción del proyecto para «la nueva cubierta de la estación de Burgos Rosa de Lima». El contrato, valorado en 6.226 euros, se ha firmado con la empresa burgalesa Barrio yCamenoArquitectos, una de las dos mercantiles que optaba al mismo, y que hizo una rebaja sustancial del presupuesto base hasta los 3.617 euros. El objeto del contrato, tipificado como menor al no superar la cuantía mínima requerida, deberá entregarse en un plazo de 4 meses. PosteriormenteADIF tendrá que volver a sacar a licitación la ejecución de las obras de mejora, por lo que es muy probable que estas no puedan empezar, como pronto, hasta finales del presente ejercicio.

atención continuada. Cada año, dentro del plan de mantenimiento de la estación, señalan fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, se realizan acciones de «mantenimiento preventivo» del edificio y de sus instalaciones de climatización, protección contra incendios, redes de saneamiento y de aguas, iluminación, ascensores, escaleras mecánicas o puertas automáticas. También se reparan aquellas «deficiencias» que se pueden ir generando «por uso, climatología o paso del tiempo». Entre estas acciones, «periódicas», se encuentran las de reposición de cristales o el sellado de juntas para impedir el paso de la lluvia, así como la limpieza de canalones y bajantes. Estas labores, sin embargo, «no son del todo suficientes» para corregir el, ya reconocido por ADIF, «problema de las goteras», de manera que la entidad pública, dependiente del Ministerio de Fomento y responsable del mantenimiento de la terminal burgalesa, estaba gestionando la realización de «una actuación de mayor envergadura» en la cubierta del edificio de viajeros, y que inicia este mes de mayo.

Además, la cafetería seguirá cerrada unas cuantas semanas. Este servicio que resultaba de gran utilidad para muchos viajeros clausuró sus puertas a finales de diciembre, al finalizar el contrato con el anterior concesionario y quedar desierto el nuevo contrato que sacó ADIF. Estaba cerca de ofrecer buenas noticias, pero los efectos secundarios de la COVID-19 también llegan hasta ella. ADIF anunció hace varias semanas que su intención era reabrir la cafetería y que si era necesario convocaría un nuevo concurso para ello, pero primero se abría a ofertas directas de posibles interesados. A raíz de aquello, tal y como confirman desde ADIF, estaban en negociaciones con una empresa para que la explotase.