Un patógeno obliga a San Juan de Dios a suspender cirugías

G.G.U.
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El hospital privado quiere recuperar la actividad tras la desinfección y el resultado negativo de las últimas pruebas

Las operaciones previstas para esta semana en el quirófano del hospital privado se han tenido que posponer. - Foto: Valdivielso

El hospital de San Juan de Dios ha tenido que cancelar esta semana su actividad quirúrgica a causa de «un agente patógeno» que se detectó en el quirófano, en una de las recogidas rutinarias de muestras ambientales que se hacen con ese objetivo: localizar microorganismos potencialmente nocivos para erradicarlos y minimizar el riesgo de infecciones y otras complicaciones en las cirugías. «Es un protocolo de seguridad», explicó el gerente, Juan Francisco Seco, admitiendo que, al tener solo un quirófano, han tenido que posponer las cirugías que estaban previstas para los últimos días, «pero confiamos en reprogramarlas todas entre hoy y mañana».

Los resultados positivos en los denominados 'muestreos ambientales' trastocan la actividad porque, de por sí, requieren tiempo. Una vez que se confirma la presencia de uno o varios patógenos, hay que limpiar el quirófano siguiendo un protocolo concreto, desinfectarlo y volver a tomar muestras. «En el laboratorio se analiza si crece algún microorganismo y eso suele llevar unas 48 horas», apunta Seco, para explicar que, entre unas cosas y otras, el proceso lleva entre tres y cuatro días. Y de ahí la necesidad de suspender las operaciones previstas, fundamentalmente de pacientes en lista de espera del HUBUy de las especialidades de Oftalmología, Cirugía General y Cirugía Vascular. «Es un tema rutinario; ahora volveremos a citar a los pacientes y retomaremos la actividad con normalidad», dijo Seco.

Esta circunstancia es habitual en cualquier hospital, pero en la mayoría se resuelve trasladando las cirugías programadas en un quirófano en otro. La diferencia en San Juan de Dios es que solo tiene uno; un quirófano que, en estos momentos, es clave para que el HUBUaligere su abultadísima lista de espera (8.451 personas pendientes de operación, a fecha del pasado 31 de marzo).

Una vez que la Consejería de Sanidad y la Congregación religiosa salvaron 'in extremis' el convenio de colaboración entre las partes, la relación se normalizó y el mismo día con principio de acuerdo, el pasado 23 de diciembre, el HUBU empezó a derivar a pacientes de larga y media estancia, así como a quienes tienen necesidad de cuidados paliativos. La derivación de cirugías comenzó algo más tarde, a mediados de febrero, cuando las dos partes readaptaron ese punto del acuerdo. Y así, en lugar de derivar del hospital público al centro privado a pacientes de seis servicios distintos, se acordó que solo lo hicieran los tres citados: Oftalmología, Cirugía General y Vascular. De Plástica, Traumatología y Otorrinolaringología ya no se manda nada.

Al mismo tiempo, se introdujeron cambios en el sistema de derivación y, a priori, ha conseguido agilizar el trasvase de pacientes de un centro a otro. De hecho, fuentes de San Juan de Dios afirman que, de momento, cerca del 75% de los pacientes a los que se les ha ofrecido la posibilidad de operarse en el hospital de la Isla han accedido. Justo antes de la pandemia, la Consejería de Sanidad cifraba este porcentaje en torno al 40%. De ahí que, a falta de más datos para evaluar, la mejora se crea sustancial.

En la readaptación del acuerdo para la actividad quirúrgica también se modificaron los objetivos y, en principio, se acordó derivar unas 1.500 anuales. Pero el continuo engrosamiento de las demoras en el HUBU hace prever que, al final del año, se habrá derivado más a San Juan de Dios. La intención, de hecho, es mandar a la Isla todo lo que se pueda dentro de los tres servicios.

De momento, el primer mes y medio de actividad quirúrgica para Sacyl cerró en San Juan de Dios con 266 operaciones, lo cual está dentro de los objetivos fijados.