Fernando Delgado se convirtió ayer en el nuevo alcalde de Tórtoles de Esgueva. Lo hizo tras prosperar la moción de censura que su partido, Ciudadanos, presentó junto con el PSOE contra la hasta ahora regidora, María Pilar Alejos, del Partido Castellano-Tierra Comunera, a quien acusaron de «talante autoritario» y «falta de diálogo». Unos argumentos que para nada convencieron a la mayor parte de los vecinos de la localidad ribereña, que abuchearon incesantemente al nuevo equipo de Gobierno y dedicaron gritos de «¡fuera, fuera!», «sinvergüenzas» y «caciques» desde el principio hasta el final de un pleno extraordinario que contó con presencia de la Guardia Civil.

Tal fue el descontento que un grupo numeroso de tortolicos no dudó en seguir al nuevo alcalde y a varios concejales, así como al vicepresidente de la Diputación de Burgos, Lorenzo Rodríguez (Cs), y al procurador por Burgos de la formación naranja José Ignacio Delgado, hasta uno de los bares del municipio entre silbidos y protestas, apenas unos instantes después de que Delgado se hiciera con el bastón de mando en un salón de plenos ‘lleno’ como en pocas ocasiones. De hecho, muchos vecinos tuvieron que seguirlo desde la calle por las restricciones impuestas debido a la pandemia.

«Es una vergüenza que quieran gobernar el pueblo desde Burgos», denunció un vecino. «Con estas cosas se divide a Tórtoles y se crean enemistades por su culpa de forma totalmente innecesaria. Este era un municipio tranquilo», aseguró otro. Mientras, otra tortolica no dudó en defender que la moción de censura «esconde muchos intereses».

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