"El Joker no es un héroe, se comporta de forma repugnante"

Charo Barrios
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Este actor de 44 años nacido en San Juan de Puerto Rico ha sido capaz de dar vida a grandes villanos como el terrorífico payaso enemigo de Batman o el emperador Cómodo de 'Gladiator'

"El Joker no es un héroe, se comporta de forma repugnante"

Todos le daban el Oscar. Y le dieron el Oscar. Su impresionante rol en Joker, ya en el mercado doméstico, ha encumbrado con todo el merecimiento a Joaquin Phoenix, uno de esos actores malditos de Hollywood que no deja a nadie indiferente. De hecho, así es su vida, con una infancia atormentada en la que sufrió abusos dentro de una comuna hippie a la que pertenecían sus padres. Quizás así se explique cómo borda el papel de su vida con una mirada absorbente, provocadora y desbordante. Intimida en muchas entrevistas. No le hacen falta representantes ni publicistas a su lado, con un cigarrillo le basta.

Usted ha ganado todos los premios habidos y por haber con su sensacional trabajo como Joker. ¿Se lo esperaba?, ¿tenía la sensación de que era el personaje que siempre había estado esperando?

Siempre es una sorpresa. En cierto modo, Todd (el director) y yo solo esperábamos no haber hecho la película que terminara con nuestras carreras (sonríe). Ese era un poco nuestro objetivo: «¿Podemos hacer algo que no vaya a ser espantoso?».

Siempre tiene palabras bonitas para Todd Phillips y, pese a que era conocido por el cine de comedia, dijo que era el único director que podía haber hecho Joker. ¿Por qué?

Es muy sensible y compasivo, pero también tiene un sentido del humor retorcido e irreverente. Creo que eso captura perfectamente a Arthur y al Joker.

Interpreta a un villano, pero aquí no tenemos enfrente al héroe, Batman. ¿Cómo fue el desafío de crear al Joker sin su enemigo?

Su némesis es cómo percibe el mundo: su némesis es todo el mundo, lo cual es una manera diferente de acercarse a estas cosas para un villano. Siente, ya sea objetivamente cierto o no, que es él contra el mundo: se siente una víctima del mundo.

También se siente muy solo. Y a usted le hemos visto en el pasado interpretar a otros personajes solitarios (Her, The master). ¿Qué encuentra de sugerente en explorar la soledad?

No lo sé, supongo que es un sentimiento muy identificable que todos hemos sentido. Somos animales de rebaño: queremos sentirnos conectados a un grupo más grande.

En esta película llegamos a entender algunas de las razones por las que Arthur se transforma en el Joker. Si sentimos empatía por una persona malvada, ¿eso nos convierte en mala gente?

¿Lo hace? No me parece lógico. De lo que realmente hablamos aquí es del trauma infantil. Si no tenemos empatía por el trauma infantil y los efectos del trastorno por estrés postraumático, no sé qué dice eso de nosotros. Diría lo contrario: si no tienes empatía por alguien que ha experimentado un trauma infantil eso sería un tipo de maldad.

Pero, ¿dónde está el límite entre empatía y exaltación? ¿Podemos pensar que el Joker no era el malo sino el héroe?

No, definitivamente no es el héroe. Se comporta de una manera repugnante, pero no podemos apartarnos de intentar entenderlo. Si miramos la violencia con la perspectiva del trauma infantil, entonces veremos que esas personas se comportan reaccionando a las condiciones en que vivieron, su entorno...

Es como un iceberg: si solo miramos lo que sobresale, entonces fallamos a la hora de asistir y dar recursos a los problemas subyacentes. Sabemos que la violencia puede ser aprendida y desaprendida.

Es necesario que tengamos empatía, pero eso no significa que disculpemos o justifiquemos el comportamiento violento. Está claro que sabes la diferencia entre el bien y el mal salvo que seas un niño o estés loco.

Sin embargo, hay gente que critica esta cinta argumentando que, en este momento específico de EEUU podría ser peligroso o problemático glorificar al Joker.

No veo la glorificación. De nuevo, para mí el punto de partida siempre ha sido el trauma infantil. Y no sé cómo puedes glorificar eso.