Los magos de los números

I.M.L.
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A punto de concluir sexto de Primaria, un grupo de nueve alumnos del Colegio Vera Cruz han pisado por primera vez un aula universitaria al participar en la Olimpiada Matemática, demostrando que las mates no son aburridas

Para este grupo de alumnos de la Vera Cruz, los números no tienen ningún misterio y son capaces de competir con los mejores realizando deducciones complejas. - Foto: I.M.L.

Cualquiera sabe que 1+1 son 2, pero un artista de las matemáticas va más allá. «1+1 siempre son 2+0», puntualiza a modo de broma uno de los alumnos del Colegio Vera Cruz de Aranda de Duero que han participado en la Olimpiada Matemática de la UBU. Pendientes todavía del resultado de la prueba individual, este equipo de nueve escolares demuestra que no le tienen miedo a la asignatura de Matemáticas, aunque la experiencia de entrar en un aula universitaria les impresionó bastante. «Nos lo imaginábamos más pequeño», comenta una de las chicas del grupo.

Por iniciativa de su profesor, Guillermo Bajo, estuvieron preparándose con las pruebas de ediciones anteriores y se clasificaron los tres mejores de cada clase, porque no podían ir todos. «No hay que ser bueno en mates, porque hay que hacer pocas cuentas», reconoce modesto uno de ellos, pero conociendo las pruebas, esta respuesta se puede achacar a la modestia. «Había triángulos con más triángulos dentro y los tenías que contar, al final salían 34», recuerda uno de los participantes, mientras entre todos explican un problema más de lógica. Visualicen el retablo de la Cartuja de Miraflores e intenten adivinar con estas pistas cuántos ángeles hay en él. «Entre 40 y 500; si de dos en dos, sobra uno; de tres en tres, dos; de cinco en cinco, cuatro, y de siete en siete, seis», recuerda el enunciado otro de estos matemáticos precoces. ¿El resultado? «419 ángeles», dicen a coro.

Esta representación arandina en la Olimpiada Matemática estaba formada por Darío Sanmiguel Calvo, Eizan Sanz Palomar, Alfonso García Pinto, Bruno Rojo Santiago, Beltrán Velasco Izquierdo, Carmen Carrasco Miranda, Julia Castilla Sancha, Adriana Herrera Orza y Bruno Portela Alonso, que falta en la foto porque ese día no pudo ir a clase. Además de demostrar su manejo de los números, en esta experiencia aprendieron que vale más el proceso que el resultado. «Si uno lo tenía bien pero no lo ha explicado, el contaba mal, pero si uno lo tenía mal pero lo había explicado bien, le contaba como bien», explica locuaz uno integrante de esta selección de escolares. Una enseñanza que vale para las matemáticas y, también, para la vida.