Una fortuna para salvar el mundo

SPC
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La salmantina Mayté Maldonado articula en su último libro, 'Apocalipsis 2021', un plan global apelando a la complicidad de los principales billonarios del mundo para poner al servicio del papa Francisco un fondo con el que redimir pecados universales

Una fortuna para salvar el mundo

Sin saber muy bien en qué año, pero nació en el salmantino municipio de Rollán. Según su DNI español fue en 1937, aunque según su pasaporte norteamericano, en 1944. Fue una niña repudiada por ser hija de madre soltera, sin padre conocido, y se crio en la más profunda de las miserias. Aprendió a ganarse la vida poniendo cafés en el popular California, junto a la Plaza Mayor de Salamanca, y con apenas 15 años se fue con lo puesto a Madrid para trabajar en un nuevo local. Su encanto físico indudable, atestiguado por las fotos de la época, y su prolífico talento artístico le procuraron una incipiente carrera en las mejores salas de la capital. Así, pronto decidió cruzar el charco y protagonizar un verdadero sueño americano convirtiéndose de forma fulgurante en una de las vedettes más cotizadas del país. Cima que supo mantener durante décadas.

Esta fascinante historia, recogida hace unos años en sus memorias tituladas 'La condesa se confiesa', encandiló al periodista salmantino Fernando Rodríguez, quien quedó atrapado por los insólitos acontecimientos que marcaron la trayectoria de Mayté Maldonado. Hoy en día, colabora con ella en algunos de sus proyectos, como el que este jueves presenta en Madrid. Según recuerda, después de una vida de "éxito, lujo y riqueza real", lograda con "todo el esfuerzo del mundo", su vida cambió en el año 1991. Entonces, le detectaron un cáncer de mama y fue ingresada en la Clínica Mayo, en Estados Unidos, una de las más prestigiosas del mundo. La víspera de su intervención quirúrgica, tuvo una revelación divina. "Ella, que no había tenido mucha relación con la Iglesia, salvo por su bautismo en secreto, se encontró allí con la imagen Jesucristo", explica.

El periodista, quien se define como escéptico por naturaleza, comenta a Ical que él no cree en "estas cosas", aunque confiesa que siente "cierta envidia" por la gente que sí. Como Mayté Maldonado que, desde ese momento dio un giro de 180 grados a su vida y se dedicó a "hacer el bien" y, en definitiva, a compartir toda su riqueza. Se convirtió además en una de las mayores recaudadoras de fondos para la Iglesia Católica en Sudamérica, especialmente en Panamá y Puerto Rico, países donde fijó su residencia. El segundo punto de inflexión que marcó su vida, y que desencadenó el desarrollo de la obra 'Apocalipsis 2021', fue el nombramiento del papa Francisco.

Revelaciones divinas

De vuelta a 1991, en una habitación de la reputada Clínica Mayo, el equilibrio de las cosas se trastocó para Mayté Maldondo, tal y como recuerda a Ical. "Tuve un encuentro, en mi grave enfermedad, con Nuestro Señor Jesucristo y me quedé dentro de sus ojos eternamente". La solemnidad de su discurso en medio de un relato sobrecogedor indica la fuerza de su confianza en Dios y la convencida fe que profesa desde entonces por la confesión cristiana. Ella, nacida en Rollán, que era "católica, apostólica y romana", pero que no iba al templo "más que en bodas", lleva desde entonces fraguando en su mente las páginas de 'Apocalipsis 21', que según define el periodista, "no es más que el grito desesperado de auxilio de alguien que cree que el mundo se va a acabar pronto".

Si bien Mayté Maldonado reconoce haber estado estudiando "poco a poco" los cambios de la humanidad, no fue hasta 2013 cuando tomó la decisión de escribir el libro. "Pensaba en todos los políticos corruptos alrededor del mundo, totalmente corruptos, no se salva ni uno, y en cómo iba el mundo retrocediendo hacia atrás, en vez de ir hacia delante, pero no sé por qué no me decidía", reflexiona. La 'fumata blanca' llegaría con la elección de un nuevo pontífice. "Definitivamente, pensé en qué cosa más extraña era que el papa Francisco coincidiera con todos mis pensamientos", afirma, sobre aquella nueva revelación de quien está decidida a acabar con tres de los grandes males universales: "la hambruna en el mundo, los efectos nocivos y perniciosos del calentamiento global y la inmigración salvaje, que hace que la gente muera en los mares".

Pasaron los años y, poco antes de la irrupción de la pandemia, ya en 2020, se trasladó a su chalet en la provincia de Salamanca. Por primera vez, permaneció más de 15 días y prolongó su estancia durante seis meses. Según relata, fue en una de las esquinas de su jardín donde volvió a aparecer ante sí la figura de Nuestro Señor Jesucristo, la misma que había reconocido tres décadas atrás. "Me contó por el oído derecho todo lo que necesitaba para escribir el libro. Me quedé boba", reconoce con ferviente emoción y coloquiales modos. Así que buscó a una amiga de confianza, se fue a comprar una grabadora y se pasó los siguientes meses trasladando aquellos pensamientos al aparato. Fue Pablo Romero quien puso en papel aquellas grabaciones, pero según Maldonado, los mensajes descendían directamente de Jesucristo.

Los billonarios del mundo

"Él me iba diciendo que si no se elimina la hambruna, el calentamiento global y la emigración, vamos a desaparecer como generación. Y rapidito", anuncia. Para evitarlo, tal y como recoge en las páginas del libro, en primer lugar se debe pedir perdón a Dios. "¿Y cómo hacemos? Yo me hacía las preguntas, pero mi mente no me contestaba. De repente, salí a pasear por el jardín y me vinieron todas las respuestas. Los billonarios del mundo, que yo conozco a muchos, el 25 por ciento de su fortuna, y el Papa Francisco", resume de manera esquemática.  

"La estrategia", según indica, reside en que las 24 fortunas con más de 50 billones en el banco donen parte de su riqueza a un fondo internacional gestionado por el papa Francisco. Maldonado reconoce que esos billonarios ya son los que más dinero donan pero, en su opinión, lo hacen de forma equivocada. "Van a la ONU. Y del cien por cien de los que mandan, llega el 25 por ciento. El resto se queda en el camino", acusa. Sin embargo, para ella, el papa atesora "la raíz, es el árbol y el tronco". Con más de un millar de misiones alrededor del mundo, tiene la calve para que "no den palos de ciego".

El santo padre podría, según su criterio, organizar a "las mentes más prominentes del mundo" para terminar con la hambruna "dando trabajo a la gente" y para acabar con los movimientos migratorios masivos que califica como una barbaridad. "Con esos barcos de los que salen las mamás con los nenes, yo me quedo petrificada. Están tratado a la gente como si fueran animales. Es una cosa brutal. Los ves caminar y parece que fueran un montón de animes caminando por el mundo", manifiesta, ejemplificando con lo que ocurre junto a las costas de Estados Unidos, mientras el presidente Byden "no ha hecho nada", si acaso "lo ha empeorado todo".

"Los políticos no hacen nada porque son engreídos y solo quieren hacer algo para ellos mismos. Nunca les oigo decir que hay que terminar con la hambruna, el calentamiento global, las pandemias en África. Nada. Es pelear entre ellos, a ver quién tiene el mejor puesto. Señores, tienen que irse ya", exige en vehemencia. Critica de forma específica a políticos como Byden, del país del que es ciudadana, tanto como del país donde nació, España, y del país en el que vive, Puerto Rico. "Hay tres capítulos dedicados a los políticas de estos tres países, pero que serían completamente extensibles al resto de los políticos del mundo", según apunta Fernando Rodríguez.

Una vez metida en "este lío", Mayté Maldonado espera que "respondan todos ellos", en referencia a los billonarios, con los que presume de relacionarse. "Estoy en el mismo sitio, voy a sus casas, los conozco. Ellos ayudan mucho, dan billones de dólares por todas partes, pero están equivocados. Si el papa se decide, van a terminar con todo esto. Si no, definitivamente vamos a ver una barbarie", advierte. En cualquier caso, esta mujer muestra total confianza en el papa Francisco para que "coja la batuta", a pesar de que, como ella misma reconoce sobre su persona, "ya es una persona mayor". "Por lo menos", concluye, "que lleve a todos a pedirle perdón a Dios porque han hecho de este precioso mundo un basurero".