Un día cualquiera de octubre de 2020, justo después de participar en la Baja Andalucía, Cristina Gutiérrez recibió una notificación en su cuenta de Facebook. Por aquel entonces, la piloto burgalesa tenía muy pocas esperanzas de correr el Dakar 2021 por la falta de patrocinadores. Lo había dado por perdido hasta tal punto que se matriculó en un máster de cirugía en Barcelona. Era un momento duro. Todavía no sabía que iba a recibir un mensaje del representante de Lewis Hamilton, siete veces campeón de Fórmula 1.
Cristina Gutiérrez ha quedado cuarta en el Dakar 2023 en la categoría de prototipos ligeros, el año anterior se alzó con el título de la Extreme E - una carrera de coches eléctricos- y hace dos se proclamó campeona del Mundial de Cross Country de la FIA, pero no siempre fue así. La burgalesa lleva casi tres lustros tratando de hacerse un nombre en el mundo del motor y sobre sus espaldas cuelgan siete participaciones en el Dakar.
En sus primeras apariciones en el rally más exigente del mundo su principal objetivo era acabar la carrera, que no es poco, pero su ambición y los medios de los que dispone ahora la hacen salir con la victoria entre ceja y ceja. «Antes ya era un sueño competir y ahora salgo a ganar. Ese cambio de mentalidad es la principal diferencia respecto a la primera vez», dice con seguridad Gutiérrez.
(Reportaje completo, en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)