Castil aparca la casa rural al perder 90.000 euros en ayudas

S.F.L.
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El Ayuntamiento de Castil de Lences solicita la rescisión del contrato porque la empresa constructora «pedía más dinero del acordado». Al no justificar la obra no optan a recibir subvenciones

Imagen del estado actual del inmueble, que fue adquirido por el Ayuntamiento por 15.000 euros. - Foto: S.F.L.

Muy a su pesar, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castil de Lences ha optado por aparcar el proyecto de la construcción de la casa rural al no poder optar a subvenciones de distintas administraciones, valoradas en más de 90.000 euros. Los problemas surgidos con la empresa encargada de los trabajos, que «solicita más dinero del que aparecía en el presupuesto que presentó al concurso, en concreto 20.000 euros más», expone el alcalde de la localidad, Víctor Mendieta, han sido el detonante para pedir la rescisión del contrato.

Este contratiempo ha generado que las obras de rehabilitación del inmueble permanezcan paradas y que, por lo tanto, no se hayan justificado. «La Diputación nos iba a entregar 25.000 euros de una subvención, Adeco Bureba otro tanto y así suma y sigue. Sin estas cuantías nos resulta imposible continuar ya que superaban la mitad de la inversión, de 189.477 euros», se lamenta el regidor. Asimismo, recuerda que el proceso de tramitación a seguir para romper el acuerdo se «alargará y las elecciones se nos echarán encima, por lo que preferimos dejarlo como está», añade.

Mendieta denuncia que la corporación municipal llegó a «proponer al contratista renunciar a la obra si el precio que él mismo había entregado no le convencía, pero finalmente decidió continuar». Según el político, desde entonces sufren las consecuencias. «Han derribado una fachada del inmueble que estaba protegida sin consultarnos y han originado daños en viviendas colindantes por hacer las cosas sin delicadeza», aclara.

Con el fin de evitar accidentes por posibles desprendimientos de piedra se ha precintado la zona, aunque el informe del arquitecto obliga a que tomen medidas urgentes ante el peligro de un derrumbe inmediato. «Tenemos las manos atadas y no podemos actuar hasta que no se anule el contrato, así funciona la ley. A partir de ese momento estudiaremos las posibilidades con las que contamos», afirma.

El Ayuntamiento pretendía inaugurar el negocio de restauración la Semana Santa de este año, pese a que en su momento comprendieron que la pandemia de coronavirus dificultaría la apertura. El alcalde expresa con tristeza a este periódico que «ya habían contactado cuatro interesados en su gestión», lo que supondría un aumento de la población de Castil o pueblos cercanos y un servicio más en una zona muy turística, ubicada a tan solo 6 kilómetros de Poza de la Sal, a 25 de Oña y a 30 de Briviesca.

El modelo de negocio principal se iba a centrar en el bar y restaurante y, como complemento, se habilitarían seis habitaciones en régimen de hotel con una calidad de servicios de tres estrellas. Siete empresas se presentaron a la oferta de ejecución y rehabilitación en febrero de 2020 y aunque las cláusulas informaban que el presupuesto base ascendía a 229.411 euros y el plazo de ejecución de los trabajos se alargará durante 15 meses, la constructora seleccionada realizó una rebaja de casi 40.000 euros.

Afán por embellecer. Los esfuerzos del alcalde y su equipo para conseguir que la pedanía se convierta en un referente turístico dentro de  la comarca burebana y la provincia burgalesa no cesan con el parón de la construcción del alojamiento. Actualmente, barajan ofrecer ayudas a todos sus vecinos con el fin de mejorar la estética común de la pequeña localidad y a su vez formar parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España.

Para ello se encuentran elaborando una memoria documental que incluye todos los detalles que no son acordes con la estética del pueblo y que se pueden mejorar,  como las carpinterías de aluminio o chapa gris o las fachadas más descuidadas.