Roberto Santamaría dejó de ser entrenador del División de Honor del Burgos CF el pasado lunes. El propio técnico publicó en su cuenta de Instagram que se trataba de una decisión propia, aunque no explicaba los motivos que le llevaron a tomarla. Pasados unos días el joven técnico lo deja claro: «Se entrometían en mi trabajo y eso no podía ser así».

Es rotundo en sus declaraciones, aunque en ningún momento pone nombre y apellido a esa persona. Se refiere a Alejandro Robles, el director de metodología de la entidad blanquinegra y su sustituto en el banquillo del conjunto juvenil, aunque no le nombra.

«La situación en la que estaba era insostenible. No podía continuar así», prosigue. El pasado viernes Santamaría le solicita a Michu, director deportivo del Burgos CF, una reunión para el lunes. Ambos se reúnen y el burgalés pone las cartas sobre la mesa. «Le pido unas condiciones para desarrollar de forma cómoda mi trabajo y lo entiende perfectamente, porque sabe que hay cosas que no se pueden aguantar. Cuando se lo transmite a  Antonio y Franco Caselli ellos no lo aceptan. Entonces es cuando les digo que para seguir así no continúo», relata.

El único objetivo de Roberto Santamaría era «tomar las decisiones y tener la autoridad en mi equipo». «Estar por estar no me merece la pena por mucho que sea División de Honor. Hay que estar a gusto con lo que haces. Yo soy el responsable del resultado del fin de semana, que al final es lo que cuenta de cara al exterior, pero lo quería ser con todas las consecuencias. Que sea yo el que maneje el equipo como quiera y que ni me obliguen a nada ni se entrometan. Poder decir que me he equivocado o he acertado yo», explica.

Asegura que esta situación no es nueva, aunque señala que ha habido momentos que ha sido más llevadera, «pero como los resultados no estaban saliendo...». Entiende que los Caselli «preferían que hubiese alguien que controlase o que supiese en todo comento cómo estaba la situación» y remarca que lo único que pidió fue tomar sus propias decisiones.

Reconoce que lo ha pasado «mal» (...).

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