El Ayuntamiento se podía haber ahorrado la polémica sobre la ubicación de la señal morada contra la violencia machista si hubiera hecho un poco más de caso a sus técnicos. Al menos a uno, al coordinador cultural Ignacio González, quien el día 26 de enero -el siguiente a la colocación del hito junto al Arco de Santa María- escribió al alcalde para advertirle de que se trataba de «un error, por falta de sensibilidad al patrimonio cultural». 

Y también hubiera evitado tener que dar marcha atrás, forzado por la petición de la Comisión Territorial de Patrimonio, pues ayer mismo la señal morada fue cambiada de sitio. No ha ido a parar muy lejos, a partir de ahora lucirá junto a la estatua de la castañera, al inicio del Espolón desde el puente de Santa María.

La señal contra la violencia machista fue colocada el día 25 de enero y dada a conocer también ese día en un acto presidido por la concejala de Mujer, Estrella Paredes, quien anunció que Burgos se sumaba a la iniciativa de instalar señales de fondo morado para concienciar contra la violencia de género. Informaba ese día de que una estaría junto al Arco de Santa María y la otra en el barrio de Juan XXIII, en Gamonal, ambos espacios muy concurridos.

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