He contado veintiún vecinos. Seis niñas y dos niños. El resto, son personas jóvenes. Treintones, a lo sumo. A excepción de alguna suegra o suegro. Tienen, además, dos sombrillas de cafetería, y unas sillas de plástico blanco con una mesa a juego, que soporta algún tentempié traído de casa. Veo una bicicleta y un triciclo. También algún balón. Y, hasta un animal de compañía. Diríase que un perro blanco de aguas español. Ya saben, uno de esos lanas capaz de juguetear hasta con los gatos que cría Marine le Pen en campaña. La verdad es que me quedo alucinado. Parecen buenas gentes. Sí. Incluso normales. Qué diantre. Me caen simpáticos. Y empatizo. ¡Tienen cara de hipotecados…! ¡Y hasta la ropa…! Una de ellos, no sin salero, uniformada con una camiseta rosa, gafas de sol de marca blanca de gasolinera, y acento murciano, explica en youtube que son muchos más de los que se ven en el vídeo. Habla de cientos de rebeldes con causa. Y afirma que están organizados. La resistencia insurrecta defenderá la posición conquistada con uñas y dientes. Veinticuatro horas al día. La calle Carmen Ros de Sangonera la Verde, en la ciudad de Murcia, no cederá ante la okupación. La tensión se palpa en el ambiente. Y no es para menos. Todavía no han hecho presencia las fuerzas de seguridad del estado. Y, mejor así. La inocencia de esos sándwiches y gaseosas sólo es una tapadera. La realidad es otra. Este grupo de sociópatas desesperados está más cerca del lado del delito que del de la ley. Hace falta tener la mente, muy, pero que muy sucia, amén de estar saturado de prejuicios, para no entender que un barrio residencial okupado, se convierte en una oportunidad única para educar a los más jóvenes en el multiculturalismo, la transversalidad, la integración, la resiliencia, y el empoderamiento de los más excluidos.

Quién necesita mandar a sus hijos a estudiar a Canadá, si tienen gratis la universidad de la vida en la esquina de al lado. Así que, perdónenme hoy, pero necesito de ustedes. Más que nunca. Busco un titular para dos de las noticias de la semana. En Murcia, unos vecinos baten sus alas para defenderse de las mafias okupas. En Valladolid, tres consejeros de Vox toman posesión. ¿Me ayudan…? Efecto mariposa…