«He cumplido el sueño que tenía mi padre»

I.P
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Rubén Ureta acaba de inaugurar la casa rural Camino Blanco, en Ibeas de Juarros

El pasado fin de semana Rubén Ureta abría en Ibeas de Juarros la casa rural Camino Blanco, con el atractivo de tener una gran piscina y zona verde. - Foto: Valdivielso

Rubén Ureta es nuevo en este sector, al que ha llegado por cumplir el deseo que siempre tuvo su padre: un alojamiento rural en Ibeas de Juarros, su pueblo.

Su progenitor falleció al poco de jubilarse sin poder realizar su sueño y su hijo ahora cumple la promesa que le hizo, y este fin de semana ha inaugurado, con lleno total, la casa rural Camino Blanco, en las afueras de la localidad.

Llevará el negocio con su mujer y aunque ambos tienen sus respectivos trabajos, están muy ilusionados con este nuevo proyecto, y más aún porque ya tienen todo reservado para octubre, noviembre y diciembre, con lo que no podían pensar en un inicio más esperanzador.  

El inmueble lo compraron hace un par de años y le han sometido a una reforma total, mezclando la arquitectura rural con un interior de diseño moderno-nórdico, explica Rubén, que reside en el pueblo donde además tiene su negocio, una empresa de decoración en hierro. La inversión ha sido importante, con la compra del inmueble y las obras, pero cuando hay ganas e ilusión, se da por bueno. 

La casa rural, de 16 plazas, en 6 dormitorios, cada uno con su baño, cuenta con piscinas y se alquila completa. Tiene además una piscina grande, con zona de playa para  niños, merendero, cama elástica y bicicletas de paseo de los años 80 para hacer rutas por la zona, incluida la Sierra de Atapuerca. No ha dudado en asociarse a Turalbur, porque cree que todos juntos son más fuertes. Desconoce cómo funcionará en verano, «porque en esos meses, la gente prefiere la playa», pero en todo caso, es optimista.

También lo es otra joven, Clara Muñoz, que se ha hecho cargo este verano de la casa rural Los Tilos en Covanera. Llevaba años cerrada y antes la regentaron un tío y sus abuelos que la alquilaban por habitaciones. Ahora, ella toma el mando, tras dejar el trabajo de teleoperadora, aunque sigue con sus estudio de Psicología a distancia. Clara no se aburrirá porque vive en Valladolid, con lo que estará en carretera muchos días, porque la casa rural requiere de recoger y limpiar una vez que se han ido los viajeros. La casa tiene 16 plazas, pero alquila a partir de 8, y lleva abierta desde el 1 de junio. Clara reconoce que ha sido un verano «flojo», pero confía en que poco a poco se de a conocer, y adelanta que ya tiene reservas hasta Navidad. 

La presidente de Turalbur, con muchos años en el sector, es consciente de las dificultades de llenar en verano, aunque en su caso, por la larga experiencia y conocer a mucha gente, le ha ido bien en sus dos alojamientos de Bezana, explica Ana Peña, aunque reconoce que el turismo rural de Burgos es de otoño y primavera.