Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


¡Happy Birthday, HUBU!

18/06/2022

El veintiocho de mayo de dos mil siete se firmó el acta de replanteo del inicio de las obras. El dieciocho de junio de dos mil doce entró en pleno funcionamiento. Hoy hace diez años del estreno de nuestro Hospital Universitario. Siete millones y medio de pacientes atendidos después. Atrás quedó el viejo Yagüe. Recuerden. Con sus ascensores de puertas libérrimas. Sus inodoros de loza desgastada. Sus carpinterías desvencijadas. Sus tres somieres por habitación. Sus biombos grises entre camas generado la ilusión de intimidad a agonizantes y familiares. Y sus ventanas de oncología terminal en el primer piso. Aquel semipatio de ladrillo viejo y chimeneas sucias, sin horizonte, al que tantas veces me asomé en busca, no sólo del aire, también del Cielo. Conviene recordarlo hoy. Es importante.

Con la misma intención con la que la Delegación General de Tráfico nos advierte de las consecuencias de los accidentes en cada campaña de vacaciones. Del mismo modo que cada cajetilla de tabaco nos dice que fumar mata. Es necesario no olvidar, porque se ha escrito mucho en contra del modelo de concesión público privado que ha permitido que algunos de estos siete millones y medio de burgaleses atendidos, también estuviesen mejor a la hora de morir rodeados de los suyos. Y porque, conjeturas aparte, hoy, en Castilla y León, ya tenemos datos para contrastar con otras maneras de gestionar la sanidad.

El modelo público de SACYL -el que tanto echa de menos el señor Tudanca, don Luis, cuando se refiere al HUBU y por el que se suspira en todas las manifestaciones doctrinales del nuevo régimen- inició en dos mil siete las obras del Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Apenas dos años antes que las del nuestro. Siete después, en dos mil catorce, se paralizaron. Y hoy, todavía, están pendientes de ejecutar las últimas de sus cinco fases. Habas contadas y cuestión de eficacia. Queda demostrado. La velocidad de las promociones de la administración es tan baja como la que al tren llamado de alta le ha tomado treinta años para llegar a Burgos. ¡Happy birthday, HUBU…! Nos veremos. De momento me apunto a tu tarta de diez velas y siete millones y medio de porciones. ¡Viva el modelo de concesión que te parió…!