El forense ve "imposible" la versión del autor del disparo

P.C.P.
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Los médicos que realizaron la autopsia ratifican que el escayolista mirandés Fernando Martín se desangró lentamente hasta morir y que si hubiera podido pedir ayuda o acudir a un hospital habría tenido muchas posibilidades de salvar la vida

El autor confeso de los hechos y, tras él, los acusados de encubrimiento durante el juicio que se celebra esta semana en la Audiencia Provincial de Burgos. - Foto: Jesús J. Matías

"Imposible". Así de rotundo se muestra unos de los dos médicos forenses que realizó la autopsia al cadáver de Fernando Martín al ser preguntado sobre el disparo se pudo producir como asegura su autor confeso, David D.J., de manera fortuita y prácticamente a bocajarro al tropezar el escayolista y caer encima de la pistola. Los profesionales sostienen que se tuvo que realizar a un mínimo de 20 o 30 centímetros de distancia y por la espalda, ya que consideran que la bala entró por la parte posterior del abdomen y salió por delante. Una posición compatible en su opinión con un intento de huida o al menos la finalización de la discusión que mantuvieron. No se han hallado restos ni en la ropa ni en la piel que revelen un disparo a "cañón tocante", como técnicamente se denomina a quemarropa.

Fue "un milagro" que no tocar la aorta ni ningún órgano vital, por lo que la muerte no fue instantánea, sino que este mirandés de 60 años tuvo que desangrarse durante al menos media hora.

De ahí que los forenses afirmen que hubiera tenido muchas posibilidades de salvarse en el caso de haber podido acudir a un hospital -"también depende de la distancia"- o al menos pedir ayuda. De ahí "se deduce" que David D.J. tenía voluntad de que muriese la víctima, que además no presenta heridas defensivas en los brazos ni restos o daños en las uñas, pero sí un fuerte golpe en el torax, compatible con un puñetazo, rodillazo o golpe con un objeto romo.

Estos médicos también firman la evaluación del presunto asesino, David D.J., que consideran sufre una discapacidad intelectual leve, un trastorno de personalidad mixto, con inestabilidad emocional, tendencia a la impulsividad y baja tolerancia a la frustración, y además un trastorno por consumo (abuso) de alcohol y sustancias estupefacientes. El principal acusado del crimen del escayolista nunca ha querido relatar a estos profesionales lo que pasó aquel día, pero estos tuvieron acceso a las grabaciones de las escuchas telefónicas del día del crimen y consideran que no estaba bajo el síndrome de abstinencia ni sufría una intoxicación plena. "Estaba sabiendo lo que ocurría, valorando posibles soluciones y tomó decisiones", sostiene la forense. Además resaltan que su discapacidad intelectual no le ha impedido sacarse el carné del conducir -con los dos exámenes aprobados a la primera- o comprender todas las preguntas que le hicieron durante la exploración, algunas con una pequeña aclaración.

Con la declaración de los dos forenses concluye la fase de prueba del juicio contra David D.J. como presunto asesino de Fernando Martín el 26 de abril de 2019 en el octavo piso de una torre de la calle Rioja. La vista se retomará el lunes con los informes finales de las partes y la opción de última palabra para los tres acusados, momento en el que finalizará y el jurado popular recibirá las preguntas objeto del veredicto para retirarse a deliberar.

(La crónica completa de esta última sesión, mañana en la edición impresa)